En un contexto donde muchos se hacen eco de que a los jóvenes no les gusta el compromiso y les huyen a las relaciones formales, aparecen ellos: parejas viajeras que se encuentran juntas, a veces solos y siempre de viaje.
DELFI Y JOE – @TRAVELERSINTRANSLATION
Delfi y Joe son protagonistas no sólo de @travelersintranslation sino que también son los personajes de de una historia real de amor digna de película: se conocieron en Bocas del Toro (Panamá), lugar que Joe elegía para trabajar como instructor de surf y destino que Delfi eligió como revelación y búsqueda de realización personal.
Cada uno venía de países distintos, culturas opuestas y hasta idiomas diferentes:
Cada vez que nos preguntan cómo nos conocimos, la primera palabra que se nos viene a la cabeza es VIAJANDO. Joe estaba cumpliendo el sueño del pibe: vivía en las islas de Bocas del Toro, en Panamá, enseñando surf. Lo hacía 6 meses al año, y los otros 6, volvía a su «vida rutinaria» en California. Para él vivir viajando ya era parte de su vida, pero para mí era diferente, ese viaje en el 2013 marcó un antes y un después. Cumplí 25 años y decidí liberarme de muchas ataduras: los finales pendientes, la vida en la ciudad, el trabajo de profesora, y todas aquellas pretensiones en las que creía en aquel momento. En cambio, decidí vivir de otra manera: me fui a Bocas del Toro con una mochila a trabajar como voluntaria en una escuela rural durante 3 meses. Vivía con otros viajeros de todas partes del mundo en una isla sin calles, sin electricidad. Solo selva y mar, un paraíso!
A sólo una semana de haber llegado a la isla, Delfina y Joe se cruzaron y dicen que lo que pasó ‘es difícil de explicar, todo fluyó de una manera tan natural que simplemente nos dejamos llevar‘. Ambos reconocen tener una misma pasión: vivir viajando. Así fue como a los tres meses de conocerse, Joe le preguntó a Delfi «¿Querés viajar a México conmigo?«, y quizás fue el primer paso a todo lo que vino después: «Durante 3 meses recorrimos Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Guatemala hasta llegar a un pequeño pueblo al sur de México, Zipolite, del cual nos enamoramos y decidimos quedarnos 1 mes«.
¿Qué miedos o inseguridades sintieron al momento de llevar a cabo la idea juntos?
Por mi parte el miedo sobre la relación seguía, pensaba «¿Esto va a funcionar a la distancia?». Todavía era muy pronto para tomar decisiones, pero la ansiedad me ganaba. En medio del debate interno, Joe dio un paso más, me invitó a cruzar la frontera e ir a California a conocer a su familia. Todo avanzaba muy rápido, no había tiempo para racionalizarlo, era todo o nada. Esa última etapa del viaje significaba acercarnos al momento del adiós. Yo tenía un pasaje de vuelta a Argentina y sentía que tenía que volver. Volví a mi país con la confianza de que todo fluiría de la misma manera que al momento de conocerlo. Y así fue, a los 3 meses Joe ya estaba comprando su pasaje a Buenos Aires, y desde ese Año Nuevo en 2014 nunca más volvimos a separarnos.
En el 2017, 4 años después de conocernos, decidimos volver a Bocas del Toro. Significaba mucho para nosotros volver a la isla, al origen de todo. Recorrimos la playa donde surfeamos juntos en nuestra primera salida, el bar en donde nos conocimos, hicimos los mismos paseos en bicicleta y nos llenamos de todas las ganas de seguir viviendo una vida llena de aventuras. Y fue en ese momento cuando decidimos que era el momento de hacer un viaje diferente: nos iríamos a recorrer Australia y el Sudeste Asiático.
Claro que surgieron muchas dudas con respecto al viaje: era la primera vez que teníamos que planificar un viaje con tanto tiempo de anticipación, ahorrar durante un año y si bien queríamos ir definiendo los destinos sobre la marcha, sí habían decisiones que tomar de antemano y visas que aplicar. Nos enfrentamos a un viaje completamente diferente: para eso, teníamos que buscar alternativas para hacer este viaje posible. Y probamos de todo: House Sitting, HelpX y nuestros trabajos freelance nos permitieron cumplir nuestro sueño.
¿Qué cosas descubrieron de cada uno una vez que comenzaron a viajar?
Es en los viajes cuando uno más aprende del otro y claro, de uno mismo también. Todo forma parte del mismo proceso: aprender a ceder, a ser flexible, a escuchar, a respetar. Fue en ese viaje cuando más nos conocimos, frente a lo desconocido, lo nuevo. Por ejemplo nos encontramos solos en medio de Hanoi, (los dos detestamos las grandes ciudades y las multitudes) y nos encontramos en medio de un caos: motos rodeándote por todos lados y dificultad para comunicarnos, pero aún así, fuimos conscientes de que estábamos ahí por una elección nuestra. Y que de la misma manera, dependía de nosotros cambiarlo.
La flexibilidad lo es todo: ninguno de los dos se limita y eso ayudó. Si nos sentíamos felices en un lugar, ¿por qué irnos? Cada experiencia es subjetiva y cada destino significa algo diferente para cada uno. Llamalo energía o vibra, como sea, cada uno lo vive diferente. Borges lo decía con respecto a los libros: «Si un libro aburre, déjelo», ¿por qué forzar la lectura? Lo mismo sucede con los viajes.
¿Vivieron situaciones en que agradecieron estar juntos?
Sí, muchas. Sufrimos juntos el peor vuelo de la historia a Iguazú, con bomberos esperándonos en la pista de aterrizaje, creíamos que nos moríamos en serio. Hasta robos, problemas de salud, por ejemplo Joe se abrió la cara literal con la tabla de surf en Puerto Escondido y le cosieron la cara en la playa, a mí me agarró una tremenda alergia al atún en Italia con ambulancia y todo, Joe corriendo por San Gimignano en un intento de italiano pidiendo que abriera alguna farmacia. En Honduras no me dejaron pasar la frontera porque no tenía el certificado de fiebre amarilla. Más allá de que hoy son todas anécdotas y nos reímos a la distancia, no sólo agradecemos haber estado juntos en momentos extremos, sino también en los instantes de máxima belleza. Ver el Angkor Wat por primera vez y estar paralizados, en silencio, fue un momento único; estar sentados en las calles de Venecia viendo fuegos artificiales, recorrer Bali en moto y muchas experiencias más que no serían las mismas si no fueran compartidas.
Si tuvieran que resumir la experiencia para otras parejas que quisieran animarse a hacer lo mismo, ¿qué les dirían?
Nuestra experiencia nos enseñó a aprender a decir que «SI», mi frase favorita de Lennon dice «Yes is the answer», y de hecho hasta la tenemos grabada en nuestros anillos de casamiento. Aprendimos desde el momento en que nos conocimos que si realmente queríamos algo, teníamos que dar el paso y decir que sí, como esa primera invitación a México hace 6 años donde comenzó todo. Muchas veces nuestros miedos o inseguridades (o hasta opiniones ajenas) nos hacen dudar, pero solo uno mismo sabe lo que realmente quiere, nadie más puede decirte qué hacer con tu propia vida. Y es que no se trata solamente de querer algo, sino de verdaderamente creer en algo, creer que es posible y confiar en que podés lograrlo. Claro que no todo es color de rosa ni todo se da mágicamente, decir que sí es solo el primer paso pero es el más importante. Decir que sí nos abrió muchas puertas: gracias a eso hoy vivimos la vida que elegimos vivir y no hay sensación de mayor libertad que esa.
LUZ Y RAMA – @MANDALAVAN
Luz y Rama dan vida a @mandalavan, una pareja de vanlifers que se describen en plena realización de sus sueños.
Ambos se conocieron mientras trabajaban en Zara, la marca de ropa. Luz había obtenido el empleo porque buscaba una posibilidad de trabajo que le permitiera ahorrar y con ese dinero poder cumplir su objetivo de viajar. Como un verdadero apasionado de la fotografía, el proyecto de Rama también involucraba el moverse entre distintos lugares para documentar y generar registros de su viaje. Sin embargo él reconoce que no era una iniciativa para emprender a corto plazo. Pero se conocieron, se enamoraron y fusionaron esa curiosidad que tenían cada uno: «cuando nos conocimos todo esto se potenció y nos dimos el empujón que nos faltaba para animarnos. Así que después de un tiempo renunciamos los dos al trabajo, armamos la mochila y nos fuimos«.
Teníamos un plan de viaje, en principio era llegar de Argentina a México viajando como mochileros durante 1 año y viviendo de ahorros, pero terminamos comprando una van a los 3 meses de eso. Después de un año de viaje recién vamos por Costa Rica, así que aprendimos que podemos tener un plan pero viajar implica estar abierto a los cambios y dejar que el camino te sorprenda.
¿Recuerdan miedos o inseguridades al momento de llevar a cabo la idea juntos?
El mayor miedo antes de salir de viaje era lo económico, qué vamos a hacer si nos quedamos sin plata, cuánto dinero tendríamos que llevarnos, qué vamos a hacer en un futuro. Pero todos esos miedos se van curando solos a medida que vas conociendo viajeros y descubriendo que hay mil y una maneras de sustentar una vida viajera. Es solo cuestión de derribar limitaciones y creencias impuestas.
¿Qué fue lo mejor que descubrieron el uno del otro estando solos en distintos lugares del mundo? ¿Situaciones en que chocaron mucho?
Particularmente en lo que más chocamos es en la toma de decisiones. Viajando constantemente tienes que decidir a dónde ir, a dónde dormir, por cuánto tiempo quedarte, qué hacer en cada lugar… Aprendimos a CEDER y a adaptarnos. Cuando las cosas se ponen difíciles agradecemos tenernos el uno al otro. Por ejemplo, ahora se nos rompió la camioneta, cuando llegan malas noticias familiares, o simplemente cuando extrañamos. Y lo mejor que descubrimos fue que podemos evolucionar. Si miramos atrás, a cómo era nuestra relación al principio del viaje y cómo es ahora, no podemos creer la diferencia. Ahora las discusiones no se agrandan, cambiamos mucho por el otro y eso nos hace mejores personas.
Siempre decimos en broma: «si pasamos por todo esto juntos, no nos separamos más»
Viajar de a dos es todo un desafío, que te hace crecer mucho como persona y como pareja. Siempre hay choques porque estás las 24 horas juntos, lejos y solos. La persona que tenés al lado se convierte en tu mejor amigo, tu familia y tu pareja, todo al mismo tiempo. Representa muchos roles, todo recae en el otro y es un peso extra. Y sin dudas, tener nuestras actividades y momentos de soledad también nos ayuda mucho.
Lo cierto es que, a diferencia como muchas parejas muestran en sus redes sociales, también suelen construir sus espacios individuales en que cada uno conecta con sus gustos personales e intereses. En el caso de los chicos de @mandalavan, Rama suele acostumbrar a hacer de su momento el surf durante la mañana o la caminata en busca de fotos. Luz, a diferencia, dispone de un buen rato para hacer yoga, meditar y ejercitarse.
Si tuvieran que aconsejar a otras parejas que quisieran animarse a hacer lo mismo, ¿qué les dirían?
A las parejas que están pensando en hacer lo mismo, les diríamos que se abracen fuerte y salgan a la ruta. Porque va a ser un viaje agitado pero de lo más hermoso y transformador. Y tengan paciencia, porque es un proceso pasar de cada uno tener su trabajo, verse a la noche cuando vuelven, tener sus amigos, planes individuales todos los fines de semana, a estar TODO EL DÍA juntos y tener tanto tiempo libre. Van a re descubrirse como personas y como pareja, y van a encontrar su ritmo y su estilo de viaje. También les diría que el VIAJAR no recaiga en la otra persona, tiene que ser una decisión INDIVIDUAL que eligen llevar a cabo JUNTOS.
RODRI Y EZE – @TANVIAJEROS
Rodri y Eze son pareja hace unos casi 9 años. Residiendo en Santiago de Compostela (España) descubrieron que viajar significaba una pasión para ambos y que poder recorrer cada rincón se volvía una necesidad casi unánime. En sus comienzos como viajeros, solían postear retratos en sus redes sociales hasta que un buen día desde el usuario de GoProARG replicaron una de sus fotos de vacaciones en Río de Janeiro. Si para ellos ese suceso fue tan significativo, entonces será cuestión de dar cuenta que marcó un antes y un después en lo que vendría a futuro. Muchos usuarios empezaron a seguir sus cuentas y hacer consultas de destinos: «Ahí fue donde dijimos podemos compartir nuestras experiencias y tips de viaje para el que lo necesite«.
Sus primeros destinos como pareja viajera que registraba al detalle toda la experiencia en un blog fueron Dubai y Egipto: «surgió desde una oferta de esas que te llegan por mail y aprovechamos la oportunidad. Ademas eran dos destinos que nos llamaban muchísimo la atención desde su cultura , gastronomía e historia».
¿Recuerdan miedos o inseguridades al momento de llevar a cabo esta idea juntos?
Somos bastantes lanzados y esto de contar nuestras experiencias de viajes en las redes lo vivimos super relajado. Tratamos de mostrarnos lo mas real, lo bueno y lo malo también porque, como en todo, en los viajes pueden surgir inconvenientes no tan copados y creemos que esta bueno mostrarlo.
¿Qué cosas descubrieron de todo ese proceso una vez que comenzaron a viajar?
«Viajar a nosotros nos ayudo mucho a reflexionar, cuando dicen » te abre la cabeza» a nosotros nos pasó. Siempre viajamos juntos, y todavía no vivimos la experiencia de estar separados. Lo que si nos dividimos muchos los roles en cada viaje«. Por ejemplo, Eze tiene un sentido de la ubicación del lugar donde estamos tremenda y Rodri un desastre, pero a la hora de coordinar vuelos, hoteles, excursiones ese es el fuerte de Rodri y Eze ahí lo deja todo en sus manos.
¿Hay momentos en que cada uno se dedica a hacer cosas distintas? ¿Ratos en los que no están juntos?
«En los viajes a veces sí hay cosas que no coordinamos, y ahí nos dividimos. Nos pasó en París». Rodri quería subir a la torre de Notre Dame y Eze quería caminar y recorrer un poco la zona donde esta la Opera, la plaza de la Bastilla, y en eso no tienen problema en separarse.
Después de 9 años juntos no hace falta que todo tengamos que hacerlo juntos, nos relajamos en eso.
¿Si tuvieran que resumir la experiencia para otras parejas que quisieran animarse a hacer lo mismo?
Les diríamos que no hay lugar imposible de llegar, y que para viajar no hay que ser millonarios. Hay muchas formas de poder hacerlo solos, con amigos, en familia, hostales o hoteles 5 estrellas, con poco o mucho presupuesto. Lo que importa es poder vivir experiencias y animarse. Hay una frase de Nelson Mandela que nos gusta mucho. » Siempre parece imposible … hasta que se hace»
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