Roma, la Ciudad Eterna, es un destino turístico icónico, conocido por su rica historia, arquitectura impresionante y vibrante cultura. Sin embargo, este 2024 podría no ser el mejor año para visitarla. La razón principal es que Roma está sometida a extensas reformas y renovaciones en muchos de sus sitios más emblemáticos, lo que podría afectar significativamente tu experiencia de viaje.
¿Por qué evitar Roma durante las reformas?
1. Cierre de atracciones turísticas
Muchas de las principales atracciones turísticas de Roma, como el Coliseo, el Foro Romano y la Fontana di Trevi, están en proceso de restauración. Esto significa que algunas áreas pueden estar cerradas al público o cubiertas de andamios, limitando tu capacidad para disfrutar plenamente de estos sitios icónicos.
2. Ruido y molestias
Las obras de construcción y renovación inevitablemente generan ruido y molestias. Las zonas cercanas a los sitios en renovación pueden ser ruidosas y caóticas, afectando la tranquilidad y el disfrute de tu visita.
3. Aglomeraciones y desvíos
Las reformas pueden causar aglomeraciones y desvíos en las rutas turísticas habituales. Los turistas tendrán que lidiar con calles cerradas, desvíos de tráfico y cambios en los itinerarios de transporte público, lo que puede hacer que moverse por la ciudad sea más complicado y menos eficiente.
4. Disminución de la experiencia visual
Los andamios y las estructuras temporales pueden obstruir las vistas de algunos de los monumentos y edificios más hermosos de Roma. Esto puede ser una gran desventaja si estás esperando tomar fotografías memorables o simplemente disfrutar de la impresionante arquitectura de la ciudad.
Muchos turistas ya han comenzado a experimentar los inconvenientes de las obras. Ana y Teresa, dos jóvenes españolas, comentaron que las reformas han afectado significativamente su visita a la capital italiana: «Hay bastantes y a la hora de ver monumentos fastidia un poco», además de que es «más peligroso» caminar por las ya de por sí complicadas calles romanas.
El plan urbanístico por el Jubileo, que incluye 184 obras por un valor de unos 2.000 millones de euros, está orquestado por el alcalde romano, el progresista Roberto Gualtieri, y una comisión integrada por el Gobierno italiano y el Vaticano.
Entre las obras, se destacan:
- 15 millones para la plaza de San Juan de Letrán, la histórica catedral romana.
- 7 millones para adecuar las maltrechas aceras del centro.
- Cuantiosos fondos para embellecer las inmediaciones de San Pedro.
Además, se ha desplegado el plan ‘Roma hace camino’, con 300 millones de euros para arreglar 800 kilómetros de calzadas y 700 calles de la capital sobre las que fluye el 65% de su tráfico.
El trajín de las obras resuena en la Plaza Pía, al final de la Vía de la Conciliación, la avenida que desemboca en la Plaza de San Pedro, para desesperación de quienes se mueven en coche. La cercana Vía del Corridori pronto se pavimentará con adoquines, conocidos en Roma como «sanpietrini».
Raffaello, encargado en un restaurante cercano, considera las obras una «calamidad»: «Cuando estaba el pasaje abierto -entre el Castillo de Sant Angelo y Vía de la Conciliación- teníamos la oportunidad de atraer gente, porque éramos los primeros. Ahora, cuando llegan, han pasado por miles de locales antes».
El centro histórico de la ciudad, con la Plaza Venecia, una enorme explanada en el corazón mismo de Roma, se ha convertido en un punto negro para el tráfico romano debido a las obras. Alessandro, taxista con 14 años de experiencia, explica cómo su sector se ha visto especialmente afectado: «Plaza Venecia es un problema porque, en hora punta, puedes pasar 15 o 20 minutos parado esperando a que se mueva el tráfico», «el doble» del tiempo que tomaba antes cruzar este emblemático lugar.
La plaza, a los pies del monumental Altar de la Patria y junto a los Foros Romanos y la Columna de Trajano, estará rodeada de verjas al menos durante una década por la construcción de una parada de la futura línea de metro que cruzará el centro. Este proyecto, que costará 700 millones de euros, implica excavar un túnel a 85 metros de profundidad entre las innumerables ruinas que esconde el suelo romano.
Aunque las reformas mejorarán Roma a largo plazo, este 2024 podría no ser el mejor año para visitarla si buscas una experiencia turística sin inconvenientes. Considera estos factores al planificar tus viajes y decide lo que mejor se adapte a tus preferencias y expectativas.