La apuesta energética de Corea del Sur en Alaska 

La carrera global por asegurar suministros energéticos sostenibles y estables da un nuevo paso con el reciente viaje del Vice Ministro de Comercio, Industria y Energía de Corea del Sur, Cheong Seung-il, a Alaska. Este movimiento estratégico pone de manifiesto el creciente interés de Seúl por afianzar acuerdos de importación de gas natural con países ricos en recursos naturales.
Durante su visita a Estados Unidos a mediados de abril de 2025, el vice ministro encabezará conversaciones clave con funcionarios y representantes del sector energético estadounidense, con el objetivo de impulsar proyectos conjuntos en torno al suministro de gas natural licuado (GNL), particularmente desde el vasto proyecto North Slope LNG en Alaska.
¿Por qué Alaska? Un proyecto de gran escala con potencial global 
Alaska se ha convertido en un punto estratégico para el mercado energético mundial debido a:
- Sus enormes reservas de gas natural en el North Slope, una región que contiene uno de los yacimientos más grandes no explotados en América del Norte.
- Su posición geográfica favorable, cercana al mercado asiático, lo que facilita el transporte de GNL hacia Corea del Sur, Japón y otros países de la región.
- Apoyo del gobierno estadounidense: el proyecto ha sido respaldado por iniciativas gubernamentales enfocadas en la seguridad energética y la competencia global.
El Alaska LNG Project es una mega infraestructura que ha captado el interés de varias potencias energéticas. Con un costo proyectado de más de 38.700 millones de dólares, busca licuar y exportar gas natural al mercado asiático desde el corazón congelado del estado norteamericano. El responsable principal del proyecto es la Alaska Gasline Development Corporation (AGDC), que ha estado liderando su desarrollo con apoyo estatal.
Gas para la transición energética coreana 

Corea del Sur, una de las mayores economías de Asia y uno de los principales importadores mundiales de GNL, está acelerando su transición energética. Aunque el país ha invertido progresivamente en energías renovables y tecnologías de hidrógeno verde, sabe que necesita una fuente de energía estable para asegurar el suministro durante esa transición.
Según datos del U.S. Energy Information Administration (EIA), Corea del Sur fue el tercer importador mundial de gas natural licuado en 2024, después de China y Japón. Parte de su estrategia energética implica diversificar sus socios y fuentes de importación, disminuyendo la dependencia de proveedores del Medio Oriente y Rusia.
Reuniones estratégicas y cooperación bilateral 

La agenda del Vice Ministro en Alaska, según informó la agencia Yonhap, incluye no solo encuentros con las autoridades responsables del proyecto de GNL, sino también reuniones bilaterales con representantes del gobierno de Estados Unidos y actores clave de la industria energética.
Entre los temas que se abordarán se encuentran:
- Condiciones de inversión y participación de empresas coreanas en los procesos de infraestructura, transporte y licuefacción de gas natural.
- Estabilidad en el suministro energético a largo plazo, esencial para las industrias manufactureras de Corea del Sur.
- Reducción de emisiones en la cadena de suministro de gas, alineada con los compromisos de cambio climático asumidos en el Acuerdo de París.
Estas negociaciones reflejan una colaboración que va más allá del comercio, avanzando hacia un modelo más integral de cooperación estratégica energética.
Impacto geopolítico y seguridad energética global 

La creciente presencia de Corea del Sur en regiones como Alaska coincide con un panorama global en transformación. Enfrentando la volatilidad del mercado energético, conflictos geopolíticos y la crisis climática, los países importadores buscan cada vez más fortalecer acuerdos bilaterales para evitar interrupciones en el suministro.
En este contexto, el acercamiento entre Estados Unidos y Corea del Sur refuerza la alianza entre ambos países en temas como:
- Seguridad en materia energética.
- Reducción de la dependencia energética de actores como Rusia y Medio Oriente.
- Fortalecimiento de cadenas de suministro críticas, como el transporte marítimo de GNL.
Asimismo, estos acuerdos pueden tener implicancias positivas para el desarrollo de infraestructura energética en otras zonas del mundo, incentivando modelos de colaboración que promuevan el desarrollo sostenible.
¿Qué significa esto para el consumidor coreano? 

La participación de Corea del Sur en proyectos como el Alaska LNG aseguraría:
- Mayor estabilidad en los precios del gas, evitando choques en la economía doméstica por aumentos súbitos.
- Disponibilidad continua de energía para industrias clave, desde la producción de chips hasta el transporte urbano.
- Transición ordenada hacia fuentes renovables, incorporando gas como energía de respaldo.
Pero también representa una oportunidad para que los consumidores surcoreanos se beneficien de alianzas energéticas que consideran factores medioambientales, reduciendo la huella de carbono en toda la cadena logística del GNL.
Próximos pasos y proyecciones 
Aunque el Alaska LNG aún no ha llegado a fases finales de operación, la presencia del vice ministro Cheong Seung-il marca un precedente clave en las negociaciones futuras. Se espera que en los próximos meses:
- Se anuncien acuerdos firmes de inversión entre empresas coreanas y la entidad promotora del proyecto.
- Corea del Sur se posicione como socio estratégico en la creación de infraestructura energética en América del Norte.
- Se avance en estudios de impacto ambiental y regulaciones para asegurar una operación sostenible del proyecto.
Además, este enfoque energético puede replicarse en otros contextos. Tal como se reflejó en iniciativas similares en África y América Latina, Corea del Sur está liderando un modelo de diplomacia energética que apuesta por el desarrollo compartido y el respeto medioambiental.