Nzambi Matee, una emprendedora de 29 años de Nairobi, tiene como misión lograr que el plástico que no actualmente no se recicla tenga una segunda vida. ¿Cómo? A partir de su transformación en ladrillos que sirvan para pavimentar calles, patios y otros proyectos de construcción.
Parece ambicioso pero, aunque nos cueste creerlo, es una iniciativa que ya está ocurriendo: su empresa, Gjenge Makers, transforma bolsas, envases y otros deshechos plásticos en adoquines gracias a una técnica desarrollada por la misma Nzambi. Descubre de qué se trata:
Sin dudas, estos son los proyectos que necesitamos para ayudar a salvar el mundo que descuidamos. Lamentablemente, sin darnos cuenta, utilizamos una cantidad realmente asombrosa de plásticos de un solo uso cada año. ¿Sabías que se compran un millón de botellas de plástico por minuto en todo el mundo? Las cifras son alarmantes y sobre todo sabiendo que solo se recicla una pequeña parte de este plástico y el resto acaba en vertederos, océanos y otros espacios naturales.
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