Un soldado estadounidense no puedo llegar al nacimiento de su hijo. Se encontraba en el aeropuerto cuando le avisaron que ya estaba por nacer, pero que no estuviera ahí no quería decir que se lo iba a perder.
Brooks Lindsey, un militar de Mississippi, pensó que no iba a tener la oportunidad de ver los primeros minutos de la vida de su bebé porque en Estados Unidos solamente se les permite a los soldados viajar si el trabajo de parto es complicado.
A último momento recibió una llamada del médico que estaba atendiendo a su esposa y le dijo que que el bebé estaba estresado y estaba sufriendo preeclampsia la mujer, así que debería apurarse para poder estar ahí porque le inducirían el parto.
Brooks pidió permiso para ir de urgencia y se lo otorgaron, salió corriendo al aeropuerto y no consiguió boleto de avión. Solamente había para la mañana siguiente… sabía que no llegaría.
«¡Estaba seguro de que ya tendríamos un bebé para entonces!», dijo Haley.
No pudo llegar a tiempo para ver el nacimiento de su hija, pero si pudo ver todo a través de su teléfono. Era justo el momento cuando tenía que abordar el avión, pero la tripulación le permitió ver el momento cuando escucharon:
«¡No lo dejen abordar el vuelo! ¡Ella está aquí! ¡Ella está aquí!»
Todos al rededor del soldado empezaron a aplaudir y gritar muy emocionados por la noticia. Después, abordó el avió y finalmente puedo llegar a conocer a su hija y pasar cuatro días con ella.
