Se trata de un homenaje que la familia Aldao construyó en la finca Los Álamos, lugar donde Jorge Luis Borges disfrutó de su estadía en San Rafael, provincia de Mendoza. Desde hace años, el Laberinto de Borges se ha convertido en un gran atractivo turístico y puedes recorrerlo ya que se encuentra abierto a todo público. En este post te contamos la historia de su origen.
En el año 1979, Susana Bombal, amiga de Borges, encargó al diseñador inglés Randoll Coate el armado de un laberinto natural. Veinticinco años después, Camilo Aldao, nieto de Susana, se enteró de la existencia de este espacio, y propuso construir el mismo diseño en Los Alamos, una finca del año 1830 que también formaba parte de las propiedades de Bombal. Es el primer monumento en su tipo realizado para recordar a un genial escritor tal cual era su deseo: «Quiero laureles verdes, reales, vivos, no esos de oro o metal» (Roma, 1984).
Borges es, indudablemente, uno de los referentes de la literatura por excelencia para Argentina y otros países del mundo. Considerado uno de los mejores escritores del Siglo XX, su obra fue traducida a más de 35 idiomas. Entre sus escritos se puede distinguir como describía y qué valor adjudicaba Borges a conceptos como el tiempo, espacio, destino y realidad.
Sólo aquello que se ha ido es lo que nos pertenece.
Jorge Luis Borges
Borges nació en Buenos Aires en 1899, y según cuentan en los relatos sobre la biografía de este autor, Jorge desarrolló su pasión por la literatura desde muy joven. Ya a los 4 años sabía leer y escribir, y para cuando cumplió 10 ya había escrito su primer relato, con la traducción al español de un cuento de Oscar Wilde, el cual fue publicado en un periódico local.
Su primer cuento publicado fue «Historia universal de la Infamia» (1935). Años más tarde, el escritor se adentró en el universo de fantasía con sus narrativas, entre ellas los cuentos más reconocidos son «Ficciones» (1944) y «El Aleph» (1949).
De la idea a la realidad: Así se materializó el sueño del laberin
Según han precisado desde el sitio web del Laberinto de Borges, fue el conocimiento que Georgie y Susana compartían sobre literatura inglesa lo que en un primer momento cubrió sus conversaciones. El interés y las charlas dieron paso a una amistad que duraría toda la vida. Una amistad profunda y de mutuo respeto. Por alguna extraña razón el que era tan admirado, esta vez admiraba.
Se reunian en la Quinta «San domenico» donde formaron un grupo de lectura de poemas y cuentos. Y en el departamento de Susana, en Recoleta, a tomar el té o almorzar.
En cuanto al diseño del Laberinto, estuvo a cargo de Randoll Coate, Secretario de prensa de la Embajada Británica en Argentina en los años 50. Randoll era un asiduo lector, fanático de Borges y los laberintos. Amigo también de Susana Bombal, a quien le pidió conocer a Borges, quien intercedió en dicho encuentro. Al terminar su carrera diplomática, Randoll devino en un muy prestigioso diseñador de laberintos para Castillos en toda Europa.
En el año 79, él tiene un sueño revelador: El memorial de Borges “debía ser un Laberinto y no una estatua llena de angelitos”. Contó su sueño en una carta a Susana ya que ella aparecía en el sueño y algún papel debía jugar.
Continuando cronológicamente con el relato, desde la administración a cargo del Laberinto han indicado que el impulsor de lo que hoy se consolida como un destacado atractivo turístico para conocer en San Rafael, ha sido Camilo Aldao, el mayor de 5 hermanos y una persona extraordinariamente instruida y fiel compañero y sobrino predilecto de Susana Bolbal.
Para ella era el hijo que la vida le negó y, al morir Susana en 1991, Camilo hereda sus cosas. En ese revisar sobre qué conservar y qué no, Camilo encuentra la carta de Randoll a Susana contándole su sueño de hacer un Laberinto. Camilo, que era muy místico y suceptible, tomó esto como un mensaje de Susana: El laberinto debía hacerse.
Con esa idea escribe a Randoll y parte en avión a Londres a conocerlo personalmente. Allí Randoll le entrega el diseño con la esperanza y el mandato de que se realizara. Luego de años, se contacta con María Kodama a quien le dona el diseño del laberinto en nombre de Coate. A este nuevo equipo se le suma Carlos Thays (nieto) quien lleva a cabo el diseño del master plan del Laberinto y juntos los tres intentan durante 10 años lograr plantarlo en algún lugar de la ciudad de Buenos Aires sin éxito
Ya viviendo en San Rafael, Camilo relee el la carta de Randoll y comprende cuál sería el papel de Susana Bombal en el sueño. El Laberinto de Borges debía hacerse en Finca «Los Alamos», casa natal de Susana.
En un cruce de sincronicidades, o acontecimientos poco casuales, en el año 1999, en un evento realizado en la Finca, Camilo conoce a Gabriel Mortarotti, Andrés Ridois y Mauricio Runno y le dieron nuevos ímpetus al proyecto, por lo que fueron bautizados como Los Laberínticos.
El incipiente grupo de amigos viajó a Londres y volvieron con el diseño actualizado que ya había terminado Randoll. Esta vez incluía las iniciales de Maria Kodama en el diseño. Finalmente, en Octubre del 2003, 4 amigos terminan de plantar el último boxus.
¿Cómo visitar el Laberinto de Borges?
Este parque construido y enmarcado en formato de libro, contiene en su interior el diseño de un laberinto con distintos obstáculos. El laberinto imaginado por Coate, ocupa una superficie de aproximadamente una hectárea y está compuesto por más de 9 mil arbustos de buxus. Allí se observan distintos símbolos de la ‘literatura borgeana‘: reloj de arena, rostro de un tigre, un bastón. También se distinguen el nombre y apellido del escritor y las iniciales MK del nombre de su viuda (María Kodama).
El laberinto como elemento ha tenido una gran importancia en la literatura del mundo, y en especial ha generado gran atracción en Borges, por su simbología y representación:
No habrá nunca una puerta. Estás adentro y el alcázar abarca el universo, y no tiene ni anverso ni reverso, ni externo muro ni secreto centro.
Fragmento de Elogio de la sombra (1969)
Actualmente se puede acceder al lugar y disfrutar de un día entre medio de la naturaleza, respirando el aire de la zona cordillerana del territorio argentino. Muchos turistas extranjeros y visitantes nacionales asisten a la estancia para recorrer el Laberinto de Borges y apreciar la simbología con una vista desde la altura en la torre mirador que permite la observación total del predio. Se encuentra abierto todos los días de 10 a 19 horas.
Además, dentro de Los Álamos se pueden degustar vinos de esta zona, líder en vitivinicultura, y la gastronomía típica del lugar.
¿Cómo llegar al Laberinto de Borges?
La Finca Los Alamos se encuentra en el partido de San Rafael, perteneciente a la provincia de Mendoza. Se encuentra más precisamente a unos 12 km del centro de la ciudad de San Rafael. Para llegar al lugar, debes recorrer la Avenida Juan B. Alberdi hasta pasar por una rotonda donde el camino se empalma con la Ruta 165. Desde allí, deberás acceder a Calle Bombal s/n. Cuadro Nacional. Una vez que te encuentres cerca del Laberinto de Borges comenzarás a ver indicaciones y carteles que te guiarán en el tramo final del recorrido.
Si quieres más información y/o consultar por reservas puedes contactar a info@laberintodeborges.com
Un comentario
Estuve en Marzo fue una experiencia maravillosa.