Desde el 24 de septiembre a la fecha, se contabilizaron 18 ballenas franca australes muertas. Según informó la agencia de noticias Télam, el avistamiento de los nuevos cuerpos sin vida fue confirmado por el biólogo Mariano Coscarella, investigador del Centro Nacional Patagónico.
Coscarella reveló que «efectivamente este fin de semana se encontró primero una y luego dos en las zonas conocidas como Ameghino y Piagio, al este de El Doradillo, en cercanías de Puerto Madryn sobre el noreste del Chubut».
Pero el biólogo aclaró que «eso no significa que hayan muerto recientemente porque los cuerpos flotan en el golfo por la gran cantidad de grasa acumulada y solo se cuentan las que llegan a la costa, como ocurrió en este caso».
Desde el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, trabajan sobre la hipótesis que relaciona estas muertes con la intoxicación por floraciones algales nocivas, conocida como mareas rojas, ya que en muestras de plancton y bivalvos del lugar se detectaron niveles muy elevados de biotoxinas.
En ese sentido, el director de Flora y Fauna del Chubut, Fernando Bersano, informó a Télam que «las unidades de toxina para el Golfo Nuevo bajaron de 18.000 a 2.700 Unidades Ratón (UR)».
Los estudios realizados sobre las muestras tomadas a los cadáveres todavía no se completaron, pero las primeras explicaciones del triste fenómeno están en la crecida de los índices de toxinas.
“Hemos recolectado una serie de muestras de órganos, tejidos y fluidos de las ballenas que son primordiales para detectar la presencia de biotoxinas, que investigamos como posible causa de muerte de estas ballenas, a consecuencia de la intensa floración algal y elevados niveles de biotoxinas detectadas en plancton y bivalvos de la zona. Las muestras de las ballenas ya han sido pre-procesadas en instalaciones del CESIMAR, CCT CENPAT, CONICET, y serán analizadas por las Dras. Nora Montoya y Belén Mattera del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP). Una vez analizadas comunicaremos los primeros resultados en cuanto estén disponibles, en un plazo estimado de un par de semanas.”
Dra. Marcela Uhart, co-directora del PMSBFA y Directora del Programa Latinoamericano, Karen C. Drayer Wildlife Health Center, Universidad de California
Las muertes pueden tener su origen en los hábitos alimentarios de la ballena Franca Austral (Eubalaena australis) que suele consumir Copépodos (pequeños seres identificados como zooplancton) en los últimos meses de la temporada, es decir, octubre y noviembre.
«La ballena es una gran filtradora, come de esa manera, y al buscar los copépodos introduce también en el organismo microalgas con cargas de toxinas», explicaron los expertos.
¿Qué es la marea roja?
El fitoplancton está compuesto por microalgas que son los principales productores primarios del océano, al captar la energía solar a través de la fotosíntesis. La gran mayoría son inocuas, pero algunas generan biotoxinas naturales, así como existen algunas especies de hongos que son venenosos. En condiciones ambientales apropiadas, que incluyen temperatura adecuada, horas de luz en aumento (como sucede en primavera), y la presencia de nutrientes en el agua, las algas pueden reproducirse velozmente y cuando son tóxicas generan las llamadas “floraciones algales nocivas”, también conocidas como “mareas rojas”, ya que algunas pueden dar esta coloración al agua.
A nivel global, las floraciones algales nocivas producen la muerte de muchas especies, incluyendo personas, y generan pérdidas económicas por cientos de millones de dólares al año. Los eventos de mortalidad de fauna marina por floraciones algales nocivas se han documentado mayormente en aves y tortugas marinas, y en mamíferos marinos han afectado sobre todo a pinnípedos como el lobo marino de California. Los eventos en grandes ballenas son raros o poco documentados. El mayor evento registrado hasta la fecha afectó a más de 300 ballenas sei en el sur de Chile en 2015.
En el 2015 y en el 2021 también se produjeron muertes, producto de la marea roja, aunque no en tan poco lapso de tiempo como en esta temporada y no se descarta que aparezcan más cadáveres de ballenas en la costa.
Leer más: