10 razones por las que no debes dejar de viajar con niños

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Redactor
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Como familia viajera necesitamos que todos conozcan y sepan que no solo es posible viajar con niños, sino que es de las mejores experiencias y enseñanzas que les podés dejar a tus hijos. ¿Por qué estamos tan convencidos de esto? A continuación, te damos 10 razones por las que viajar desde niños puede ser una gran experiencia.

1. Porque desde la panza se viven emociones

El embarazo, no es enfermedad. Así que, si tu cuerpo está acostumbrado al movimiento, nada cambiará. A lo sumo irás más lento, con cierto cuidado de no caer, pero lo vas a lograr igual.
Si preguntan por qué viajar embarazada, entonces preguntaríamos porqué no. Al fin al cabo, se trata de una constante transmisión de la emoción que se siente al viajar.

2.Ayuda a que logren adaptarse a todo contexto y situación

Los viajes muchas veces implican dormir en lugares nuevos, con cunas y camas en las que nunca tu hijo durmió. Y muchas veces, hay que cambiar ese lugar justo antes de acostumbrarse. A eso le sumamos que las siestas muchas veces tocan en el medio de un paseo,en autos o en micros.
Dormir en una playa, en la mochila en pleno trekking, en el cochecito, comer lo que se logró conseguir en un lugar sin mucha oferta de comida; sí, puede que pase. Pero lo hemos comprobado, esos niños luego son muchos más flexibles a adaptarse a cualquier otra situación cotidiana.

3. Les potencia su capacidad de asombro

De pronto en el medio de un viaje se encuentran observando una pintura increíble o un baile típico del lugar. Puede que también se encuentren en el medio de un paisaje natural impactante. O, ¿por qué no? Vivir experiencias únicas como estar dentro de una mina de oro en completa oscuridad.
Todas y cada una se presentan como vivencias que serán anécdotas, recuerdos y sobretodo, vivencias que le permitirán permanecer con la mente abierta a lo desconocido, a todo lo que podemos descubrir y conocer de este mundo, si nos lo proponemos.

4. Pueden reconocer momentos históricos de primera mano

Nuestros hijos conocen muchos hechos históricos por los libros cuando en la escuela le van contando. Ahora, ¿qué pasa si desde muy pequeños van entrecruzando sus vivencias con la historia que cuenta el lugar?
Todo esto queda en vivencias, ahí fresquito, en la memoria de este niño.

5. Conocen culturas distintas, asumen lo diverso con naturalidad

De pronto puede que un viaje los ubique en una cultura distinta, y entonces sí vemos que la convivencia con el otro es algo posible si todos tuviésemos el alma de un niño.
El niño acepta como obvio y “natural” los distintos colores de piel, la comida típica del lugar y las costumbres. Todo fluye y se re transforma en el proceso personal que permite luego contar con adultos más tolerantes y empáticos.

6. Hacen que los adultos veamos los destinos con otros ojos

No vamos a decir que los viajes continúan siendo igual después de tener hijos. No, hay cosas que se adecúan. Los tiempos son otros, las prioridades cambian un poco y también, es cierto, los adultos comenzamos a ver muchos momentos, lugares y paisajes desde otro lugar.
Un comentario, una pregunta inocente, unas ganas de correr por ese lugar que ni habías visto, te lleva a vivir ese lugar desde otra perspectiva.

7. Los contacta con la naturaleza en plenitud

¿Qué niño no dibuja montañas, ríos, o mares? ¿Qué pasa cuando de pronto ese dibujo se convierte en realidad y te encontrás caminando cuesta arriba una montaña, recorriendo un río, nadando en un cristalino mar?
La imaginación de ese niño se expande también al descubrir que existen miles de paisajes. Además, dimensiona esos espacios y conoce su flora y fauna. Aprende a cuidar la naturaleza porque la vive, la disfruta y la valora. Se conecta con su planeta, entiende el daño que provoca ciertas conductas humanas. Claro que, para esto, es muy importante que como adultos lo vayamos guiando en ese descubrimiento.

8. Permite que encuentren diversión en las pequeñas cosas

Pensemos en lo que sucede con un niño promedio de hoy en día. El sedentarismo y la relación con la tecnología es un problema. De pronto en un viaje te encontrás en el medio de la nada, con piedras y un lago hermoso. Ese niño decide que el gran juego de la tarde entonces es tirar piedras al lago, y sí, la pasa genial.
O de pronto, una corrida a toda velocidad en una bajada de una gruta termina a pura carcajada y recibimos de nuestro hijo pequeño la hermosa frase “esto es más divertido que la tele”. Eso nos pasó, y les aseguramos que con solo esa frase reafirmamos todas nuestras convicciones.

9. Renueva el vínculo familiar

Así como viajar en pareja te anima al desafío de estar 24hs con esa persona y descubrir qué tan bien pueden llevarse. Cuando la convivencia es familiar el desafío cambia, pero también la posibilidad de renovar ese vínculo y transformarlo en algo hermoso es más palpable.
Los momentos de juego familiar son constante, las caminatas con el ruido de la naturaleza de fondo hacen que afloren bellas charlas y hasta los enojos se resuelven distinto porque claro, ¡hay que seguir viajando!

10. Porque simplemente los alienta a seguir con ganas de viajar

Ese niño que crece con la mente abierta y miles de experiencia bajo el brazo sabe que la forma de descubrir el mundo es recorriéndolo. Porque después de todo, si disfrutamos al viajar, ¿De qué otra manera podríamos vivir?

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