En los últimos 2 años me he dedicado a viajar por el mundo, por diferentes ciudades y países. Todos ellos los hice conmigo, yo y nadie más que yo. Había escuchado a otros viajeros hablar de lo maravilloso que es viajar solo, y por qué la gente necesita probarlo. Finalmente, reuní el coraje y decidí aventurarme sola. Aquí les dejo trece de muchas lecciones aprendidas viajando sola.
- Calidad mata cantidad
Vivimos en un mundo cuantificado donde cuanto más alto es el número, más se le atribuye al éxito: seguidores, cuentas bancarias, casas, y lugares. Les aseguro, que es mucho mejor pasar 3 meses en una ciudad, aprendiendo su cultura, lenguaje y creando relaciones sinceras y duraderas que tratando de llegar a 15 ciudades en 3 meses.
2. Aprender un nuevo idioma
Es sólo cuando viajas a un país extranjero que te das cuenta de lo grande que es realmente el mundo, y la burbuja en la que vivías.
Por ejemplo, si el español es el único idioma que puedes entender, entonces sólo podrás comunicarte con el 5,47% del mundo. La mejor manera de entender el resto del mundo y las culturas increíbles que hay es aprender un nuevo idioma. Sólo con aprender un idioma popular como el inglés o mandarín, tu alcance y la comprensión del mundo se duplica.
3. Ves a la gente por lo que es
Una de mis cosas favoritas acerca de los viajes es cómo las capas sociales “normales” de la gente se descubren física y emocionalmente. La mayoría de los viajeros se visten de manera similar, sin la máscara de un traje de tres piezas y se juzga exclusivamente por lo que eres como persona, nada más.
4. La compañía de un libro
Favorecer a tu mente ya abierta con los libros hará maravillas para tu creatividad. Con la cantidad de vuelos, transporte y tiempo de descanso que tendrás puedes terminar fácilmente un libro a la semana. Además es sin dudas una forma de interactuar y dialogar con otras personas, y puedes aprovechar para comprarte un libro que narre la historia de la ciudad que recorres o por qué no un libro que no esté en tu lengua.
5. Vive a través de actos aleatorios de bondad
Es la manera más fácil, pero más poderosa de hacer sonreír al mundo.
6. Quién es importante en tu vida
Estar lejos por un período de tiempo te hace dar cuenta de quiénes son las personas importantes en tu vida. Estamos «cargados» por la proximidad a lo largo de nuestras vidas, lo que hace que sea fácil desarrollar relaciones artificiales exclusivamente a partir de interacciones frecuentes. Sus verdaderas relaciones se ponen a prueba.
7. Sientes vergüenza al quejarte de tus problemas
Es difícil simpatizar con las personas que se quejan de perder sus reservaciones en el restaurante, o conseguir un asiento en primera fila, cuando te encuentras con personas que ganan menos de 5 USD por día por más de 12 horas de trabajo debiendo con eso sustentar a su familia.
8. Mézclate en la ciudad
Si usted ha recorrido todo este camino para visitar una ciudad, entonces debe estar en él al 100%. Hablar el idioma, pasar el rato con los lugareños, comer la comida. No seas esa persona que sólo se conecta con viajeros como tú.
9. Aprendes a amarte a ti mismo
Viajar solo es un desafío personal, no hay duda. Enfrentar tus pensamientos internos, revisar sentimientos y estar cómodo y feliz con quien eres como persona será una de las lecciones más valiosas que aprendas.
10. Confía en su intuición
Todos los días estás tomando una decisión pequeña o grande. Nunca habrá suficiente información para tomar la decisión perfecta. La capacidad de confiar en su intuición es la clave para sobrevivir.
11. Sé inteligente, pero humilde
Sé lo suficientemente audaz como para defender lo que cree, pero tenga la humildad de saber que no tiene todas las respuestas.
12. Ten un propósito
Ten un propósito más grande que tú y tus metas personales. Un mayor propósito nos capacita para superar la rutina y los obstáculos. La comprensión de que no estás haciendo esto por ti mismo – hay otros contando contigo.
13. Todos somos humanos
La ironía de viajar es que nos dispusimos a explorar diferentes culturas, diferentes alimentos, diferentes personas, pero lo que nos damos cuenta es que todos somos muy parecidos. Pobre, rico, famoso, asiático, negro, blanco, latino – todos estamos jugando el mismo juego de la vida. Al final del día, todos queremos amor, reconocimiento, respeto y seguridad para nuestro futuro.