Muchos recordarán al Zoológico situado en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, Argentina, por el dramático hecho ocurrido en junio de 2018 que tuvo como protagonista a Pelusa: la adorable elefanta murió en cautiverio luego de haber permanecido más de 50 años dentro de dicho lugar.
Con signos de deterioro físico, poca alimentación y un rostro con muestra de gran cansancio, Pelusa pasó sus últimos años en la desidia y falta de contención.
Muchos de quienes la asociaban a una infancia feliz de manzanas acarameladas y pochoclo la vieron de pronto como una triste criatura a la que una vida de cautiverio y aislamiento había terminado por consumir. Y esas ultimas fotos suyas, piel y hueso, incapaz ya de ponerse en pie, llevaron ineludiblemente a repensar la relación con los animales y la necesidad de tenerlos como objetos de exhibición.
Así describieron medios locales la situación irreversible de Pelusa
Recién durante su último tiempo de vida se comenzó a especular con la posibilidad de preparar a Pelusa para trasladarla y liberarla en un santuario en Brasil. De hecho era tal la expectativa generada a partir de esta decisión tomada, que incluso habían pensado en documentar cada uno de los momentos significativos hasta alcanzar este logro. La elefanta Pelusa iba a tener su propia película, titulada como «Caravana», donde se reflejaría el proceso de entrenamiento para preparar al animal para ser trasladada a Brasil.
También se esperaba que el film cuente sobre la historia de quien nació en Alemania ya en cautiverio y había sido residente durante más de 50 años en el Zoológico de La Plata:
Pero el acto de empatía llegaba tarde. Pelusa cayó y los médicos decidieron realizarle la eutanasia para evitar su sufrimiento.
Lo cierto es que hoy, miércoles 17 de octubre, se cumplen 500 días de aquel fatídico episodio. Fecha clave para no olvidar todo lo acontecido y recordar el sufrimiento tanto de la elefanta, como de otros ejemplares que murieron en cautiverio y en manos de un «atractivo» de «entretenimiento» como lo son los zoológicos. En cuanto a este espacio, como primera medida, a partir de ese hecho, autoridades de la Municipalidad de la ciudad decidieron convertir al Zoo en un bioparque. Para ello, habían comenzado tareas de traslado de las más de 100 especies que se encontraban dentro. También se estimaba que el viejo Jardín Botánico y Zoológico de La Plata sería reconvertido en un centro educativo y de reproducción de especies autóctonas.
Lo cierto es que luego de la agonía de Pelusa, el Zoológico obtuvo una muy mala prensa debido a las denuncias que presentaban ambientalistas y activistas de los derechos animales y promotores de la liberación de las especies. De hecho, para tratar de revertir esta mala experiencia, el ex Zoo dispuso de muchísimo esfuerzo para demostrar que esta vez realmente se notaban conmocionados y “arrepentidos” por el daño que pudieron haber ocasionado sin malas intenciones a los animales que vivían dentro del parque.
Como aparato de propaganda, colocaron carteles alrededor de todo el predio dando a conocer las nuevas medidas “proteccionistas” que se están tomando. Allí fueron construyendo un relato con todas las especies que permanecían en el complejo y que, de a poco, fueron liberadas o trasladadas a otros sitios.
Resulta contradictorio entonces pensar que otra vez la noticia volvió a ser por la presencia de animales allí dentro: los últimos días de septiembre la chimpancé Judy fue encontrada muerta a los 37 años. Dato que sorprende teniendo en cuenta que Judy no presentaba ningún problema de salud notorio, y que además un chimpancé en estado natural puede llegar a vivir 50 años.
Volviendo al triste desenlace de Pelusa, durante las fechas en que ocurrió su agonía, activistas y vecinos de la zona se hicieron presentes para exigir la liberación de los animales y el fin del castigo y encierro para ellos.
Así fue el caso de Claudia Martha, una activista por los derechos animales oriunda de Almirante Brown (provincia de Buenos Aires) que se manifestó en contra del funcionamiento de los zoológicos: «La verborrágica animalista oriunda de la localidad de Almirante Brown, cobro fama regional al ponerse al frente del pedido de ayuda para la malograda elefanta «Pelusa», encadenandose frente al zoo platense, ahora exige su cierre definitivo como así otros que resisten a lo largo del país«.