No hay que ser un adicto al café para poder apreciar y disfrutar una casa de café histórica. Los cafés son también lugares geniales para un descanso en un día de viaje de esos largos, donde necesitamos descansar un poco los pies y aprovechar para observar a la gente y su ritmo de vida.
Algunas de las cafeterías más impresionantes del mundo además son parte de la historia de la ciudad en que se encuentran: desde el antiguo caserío de Casanova en Venecia hasta el lugar donde nació el extra-potente espresso.
Estas son las mejores cafeterías históricas de todo el mundo para visitar tanto para sus historias como para disfrutar del ambiente.
1. Café Tortoni, Buenos Aires
Con su techo de vidrios y lámparas Art Nouveau Tiffany, el Café Tortoni es directamente una obra de arte del siglo XIX. Fue fundado en Buenos Aires a fines de 1858 por un inmigrante francés llamado Touan.
Pero a principios de siglo XX, otro francés, Don Celestino Curutchet, compró el café y lo convirtió en un centro de actividad artística en la década de 1920. Años después, Curutchet fundó la Asociación de Artes y Letras de Buenos Aires, y la bodega del sótano del café se convirtió en el lugar de encuentro del grupo.
Hoy en día, sigue siendo un punto de encuentro para los amantes del café y la arquitectura.
2. Café Central, Viena
Con clientes históricos, desde Stefan Zweig a Sigmund Freud, Café Central en Viena sirvió como punto de encuentro para todo tipo de intelectuales austriacos. Dada su fascinante grandeza, inspirada en la arquitectura veneciana y florentina, es fácil ver por qué estos genios visitaban este café seguido.
Fue construido por Heinrich von Ferstel entre 1856 y 1860 y la construcción entera habría costado, hoy, unos 25 millones de euros, debido al interior de estuco lustro, los revestimientos de cuero de las paredes y sus paneles de madera. La fachada está adornada con esculturas del pintor Hanns Gasser.
https://www.instagram.com/p/BSl9nbHBf-4/
3. Café Louvre, Praga
¿Quién no quiere pasar un día «aburrido» en el Café Louvre? En este lugar, los diarios cuelgan por largos clips de madera mientras que una sala de billar en la parte de atrás invita a los visitantes a jugar al menos una bola.
Fundada en 1902, la cafetería, que lleva el nombre del famoso museo, recibió a celebridades como Albert Einstein, Franz Kafka y Otto Pick. Incluso se ha dicho que sirvió como un lugar de reunión para las señoras de clase alta conspirando su liberación. Hacer una parada acá entre las visitas a los muchos museos de Praga, es algo obligatorio.
https://www.instagram.com/p/BPjsDZzBueW/
4. Queen’s Lane, Oxford
Como muchos otros, Queen’s Lane Coffee House pelea por el título de ser el café más antiguo de toda Europa. Establecido en 1654 por un hombre llamado Cirques Jobson, ha recibido a genio literarios, incluyendo a J.R.R. Tolkien.
Un lugar perfecto para las familias para pasar la tarde, siempre está bastante lleno ya que sirve desayuno todo el día, y se especializa en platos mediterráneos. (Desafortunadamente, el café no es tan increíble como la cocina).
https://www.instagram.com/p/BPaTwyDBqeM/
5. El Fishawi, Cairo
Dentro del bazar de Khan el Khalili, desde el siglo XIV, el café El Fishawi en Egipto atrae a los visitantes con ollas de té de menta vapor, limonada fresca, shisha con sabor a manzana y un ambiente que, al igual que su ciudad natal, es ahumado, ruidoso y siempre caótico.
Es el escenario perfecto para un debate acalorado o simplemente detenerse a observar a las personas del bazar. Si tenés la suerte de agarrar una mesa chiquita redonda, disfruta de un shisha de mango largo o de una tubería de agua árabe tradicional.
6. New York Café, Budapest
Llamarse así mismo «la cafetería más hermosa del mundo» puede sonar, quizás, poco humilide. Pero esta cafetería de Budapest está a la altura de su título. Los altos techos abovedados y las intrincadas molduras, no muy diferente a las de los Uffizi de Florencia, te van a hacer sentir como si estuvieras en un museo.
Sin embargo, la cafetería sólo se restauró a su grandeza original en 2006. No se puede dejar de probar la grapas austro-húngaras, el goulash de carne y el schnitzel wiener. Vas a sentirte transportado de nuevo a 1894, cuando el café se abrió.
