¿Alguna vez pensaste en viajar a dedo? Muchos utilizan está forma de viajar porque, sin dudas, te ayuda a ahorrar en uno de los principales gastos mientras estás viajando: el
transporte. Pero, ¿alguna vez pensaste en los otros beneficios que tiene viajar de esta forma?
Lejos del “peligro inminente” que todo el mundo está empecinada en recordarte, viajar
haciendo autostop es una de las experiencias más enriquecedoras que descubrí en mis viajes porque tenés un contacto directo con la gente y su cultura que de otra manera es muy difícil de obtener.
Viajé más de 30.000 km de esta forma, me subí a centenares de autos y camiones y compartí momentos y anécdotas con personas de todas las edades y profesiones. Además de desarrollar la paciencia, eliminar prejuicios y conocer gente muy hospitalaria, te pueden pasar cosas como estas:
1. Que te inviten a una cena familiar
La gente que frena y te lleva, por lo general es gente amable que le interesa conocerte.
Muchas veces con sólo haber compartido una hora de charla en el auto, el conductor te
invita a su casa a conocer a su familia, a los vecinos, compartir una cena e incluso ¡quedarte a dormir!
Compartir 3 días en la casa de alguien que antes era un completo desconocido es algo que solamente te puede pasar viajando a dedo.
2. Que te regalen cosas
La gente al verte viajando con una mochila siempre piensa que tenés poco y necesitás más. O muchos simplemente quieren dejarte un recuerdo o ayudar: lentes, gorras, toallones, camisetas de equipos de fútbol, libretas, comida y hasta plata, son algunos de las cosas que me han regalado.
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3. Conocer lugares fuera del mapa
Los conductores siempre te quieren mostrar esos lugares que son sus favoritos e imperdibles que uno no tenía en la “ruta marcada” o simplemente no los conocía. Pueden hacer más kilómetros u obviar lo que tenían que hacer para llevarte a estos sitios. Conocer
playas vírgenes y lejos del turismo masivo, pueblos coloniales, tradiciones y gastronomía
autóctonas son cosas que te puede pasar si viajas a dedo.
4. Dormir en lugares insólitos
Que te encuentre la noche haciendo dedo en la ruta en el medio de la nada es algo bastante usual. En estos casos, armar la carpa y hablar con la gente local siempre te saca de apuros. Estaciones de servicio, cuarteles de bomberos, iglesias, playas, camiones y canchas de fútbol son algunos de los lugares donde he pasado la noche.
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5. Vas a escuchar las mejores anécdotas de tu vida
El anonimato y el hecho de que no conozcas la vida personal y el círculo de amigos del
conductor, te convertirá en receptor de las historias más locas que habrás escuchado. Las
personas suelen sincerarse y contar cosas que en otro contexto no lo harían: desde historias de infidelidades y amantes, otras cómicas que te harán reír hasta el cansancio y hasta algunas trágicas que te dejarán sin palabras.
6. Eliminarás todos tus prejuicios
Todos los estereotipos, pre conceptos y prejuicios los vas a tirar a la basura. Verás que
muchas de esas ideas y temores son infundadas. Viajando de esta forma te vas a encontrar
con gente pobre, rica, de otras religiones, con otros gustos sexuales, con estilos de vida e
ideologías diferentes, en fin, con gente que no se parece en nada a vos.
Y vas a aprender a aceptarlos y respetarlos porque lo que te enseñen será mucho más importante que las cosas en que se diferencian.
7. Harás amigos para toda la vida
Un número de teléfono, el contacto en Facebook, por email: con muchos de mis conductores no perdí el contacto y siempre llega un mensaje preguntando cómo estoy y en
dónde, independientemente si compartí 5 horas con ellos o 30 minutos. Que desconocidos
se preocupen como si fueran tus padres también te puede pasar si viajas a dedo.
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8. Vas a tener los mejores recuerdos de viaje
Sin exagerar, son tantas las situaciones a las que uno se expone que vas a tener de las
mejores y más variadas anécdotas. Una vez me ofrecí a ayudar a descargar toda la carga de un camión, tarea que me llevó toda la noche, en otra oportunidad me invitaron a una playa nudista, otra vez mi conductor se fue sin pagar de una estación de servicio después de haber llenado el tanque de nafta. Las posibilidades son infinitas.
Si tenías dudas de viajar de esta forma espero que ya no las tengas. Viajando a dedo tendrás momentos como estos, la sorpresa y lo inesperado estarán a la orden del día, te conocerás a vos mismo y comprobarás en carne propia la hospitalidad y amabilidad humana.
Todo mochilero alguna vez en su vida tiene que intentar hacer un viaje así, de hecho, es un camino de ida: te va a gustar tanto que no vas a querer dejar de hacerlo.