A los cinco años, Jonah Larson comenzó un pasatiempo inusual para un niño de su edad. Se entusiasmó con el crochet, un oficio comúnmente asociado con personas mayores (aunque claro, es algo fantástico para todo mundo).
Todo comenzó cuando Larson recibió una bolsa con lanas y utencillas como un regalo. Acto seguido comenzó a aprender técnicas de elaboración a través de YouTube. Después de mucha dedicación, se ha convertid en un «prodigio del crochet» que ha realizado proyectos realmente complejos con los que incluso muchos experimentados habrían tenido dificultades.
Larson, de 11 años, comparte todas sus creaciones, desde coloridas mantas hasta un pulpo amigurumi, en su popular cuenta de Instagram llamada Jonah’s Hands.
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«Después de un día muy largo, ocupado y caótico en este mundo ocupado con la escuela», dice, «es bueno saber que puedo volver a casa y hacer crochet en mi pequeño rincón de la casa mientras estoy sentado junto a la persona que más amo: mi mamá.»
Su madre, Jennifer, quien primero le dio sus herramientas a pesar de no practicar el oficio, apoya permanentemente a su hijo, a quien adoptó cuando era bebé de un orfanato etíope.
Ella crea las publicaciones en su Instagram y se une a grupos de crochet de Facebook en su nombre.
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Ahora, Larson tiene su propio negocio y vende sus obras. Debido a su gran popularidad, logra comprar su propio hilo, y de las ganancias restantes, ahorra algo y dona otra parte a su antiguo orfanato. Recientemente decidió asumir su compromiso de ayudar aún más: a lanzado un GoFundMe, en asociación con la organización sin ánimo de lucro Roots Ethiopia, que apoyará a los niños y las familias del país para que ellos también puedan encontrar su pasión y alcanzar sus sueños.
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