Marruecos es un destino único que todo viajero sueña con conocer. Con costumbres, comidas, religión y vestimenta diferentes a la que estamos acostumbrados, pero con paisajes y atracciones que te van a apasionar. Te contamos qué es lo que tenés que hacer y qué lugares podes visitar para disfrutar y enriquecerte con su cultura.
1- Visitar sus ciudades más importantes
Como cada país nuevo que visitas, conocer sus ciudades más importantes tienen que estar en el recorrido. En Marruecos, los imperdibles son: Marrakech, una de las ciudades más importantes del país, con mezquitas y mercados fascinantes. Casablanca es la ciudad más grande, con unos 380 kilómetros cuadrados y tiene que estar en tu lista, al igual que Fez, que se trata de una ciudad antigua con más de mil años de historia con atractivos arquitectónicos únicos.
2- Probar sus comidas típicas
Probar una taza de té marroquí no puede faltar en tu viaje, al igual que sus dulces. Entre las comidas típicas están el cuscús con verduras y especias que le dan un toque inigualable, y el harira, la sopa tradicional que se hace a base de tomates y legumbres.
3- Perderte en una Medina
Perderte en estas antiguas ciudades rodeadas de torres y murallas, en sus callecitas angostas es una experiencia única. Algo que debes tener en cuenta es el respeto por su religión musulmana y por ende debes adaptarte y respetar sus costumbres como por ejemplo cubrir tus rodillas y tus hombros en lugares públicos.
4- Pasar una noche en el desierto
Sin dudas, pasar una noche en el desierto debe ser sensacional. Miles de estrellas y un cielo increíble que sólo en tanta inmensidad se puede contemplar. ¿Te imaginas amanecer en el Desierto de Sahara?
5- Pasear por la Costa Atlántica
Y para terminar un paseo por la costa es lo perfecto, más después de haber recorrido el caluroso desierto o las grandes ciudades. Essaouria es una de las elegidas por los viajeros, y donde tenés varias posibilidades de hospedarte por unos días. Además de ser un hermoso lugar para pasear y sacar fotos, también podes disfrutar de alguna actividad en el agua.