Un vuelo de Delta Airlines que despegó de Florida (Estaos Unidos) se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia después de que un ave se derrumbara en la nariz del avión.
El Airbus A319 tuvo que darse la vuelta de repente para poder aterrizar con seguridad en el aeropuerto John F. Kennedy en Nueva York, ya que la parte delantera del avión sufrió graves daños.
Llevaba 43 pasajeros y debía aterrizar en el aeropuerto LaGuardia en Queens, después de despegar de Palm Beach. Toda la tripulación y los pasajeros aterrizaron de manera segura.
Las imágenes del frente del avión muestran que se había deformado totalmente después de que una bandada de pájaros voló hacia el frente, lo que provocó que el piloto decidiera aterrizar el avión antes de lo planeado.
La parte del avión que fue dañada es donde se guarda y protege el equipo de radar del avión, una parte clave de volar el avión.
ABC News informó que el daño en realidad fue causado por granizo, pero una investigación completa de la Administración Federal de Aviación (FAA) está en curso para determinar la causa.
Estadísticamente, las posibilidades de un accidente aéreo son increíblemente bajas: solo uno de cada 1.2 millones de vuelos. Las probabilidades de morir son aún más bajas, con una probabilidad de uno en 11 millones. En comparación, sus posibilidades de morir en un accidente automovilístico son de una en 5,000.