Conocer el estado de Hesse podría convertirse en un excelente plan si te encuentras de visita por este país situado en la Europa occidental que se destaca en mayor medida por un paisaje colmado de bosques, ríos, cadenas montañosas y playas en el mar del Norte.
Es precisamente en el estado de Hesse, ubicado en el centro de Alemania, donde se esconde la región vinícola de Hessische Bergstrasse, una de las más deslumbrantes dentro de las 13 vinícolas que tiene para ofrecer el país.
La fascinación que comparten los visitantes de todo el mundo una vez que han recorrido este lugar no se debe solamente al clima y amabilidad de la población nativa. Little Hessiche Bergstrasse cuenta con un tesoro que proviene de la tierra, o más bien de los 233 tipos de suelo diferentes que habitan en sus 452 hectáreas. La particularidad de su tierra aporta una
diversidad de vinos única que sólo están disponibles para consumir y comercializar localmente.
Un poco de historia sobre la comarca vitivinícola Hessische Bergstraße
Probablemente fueron los romanos quienes trajeron a la «strata montana» las primeras cepas; el cultivo de vino en la Bergstraße está documentado por primera vez en el siglo VIII, en relación con el monasterio de Lorsch. En 1971, la «Hessische Bergstraße» se convirtió en una comarca vitivinícola independiente y es actualmente la más pequeña de las 13 comarcas alemanas dedicadas al cultivo del vino.
La región está compuesta por dos áreas separadas espacialmente: al sur de Darmstadt las localidades de Alsbach, Zwingenberg, Bensheim y Heppenheim constituyen el área denominada «Starkenburg». La segunda área es la «Odenwälder Weininsel» (isla del vino del Odenwald), en y alrededor de Groß-Umstadt y de Roßdorf.
Como te comentaba anteriormente, producida por los romanos, la uva se cultiva en la región desde hace más de mil años. En sus comienzos, esta tarea era llevada a cabo por los monjes del monasterio medieval de Lorsch.
En los pueblos cercanos al viñedo, el camino está flanqueado por castillos, palacios, residencias y monasterios. La arquitectura y el ambiente hacen referencia a la riqueza de la Edad Media y recuerda los tiempos de los caballeros medievales, señores feudales y reyes.
Incluso hoy, los ayuntamientos, con fachadas de entramado de madera, dominan el plazas centrales, pavimentadas con piedras como hace siglos. Los campos verdes y la cultura forman el dúo perfecto en Bergstrasse. Además de los eventos anuales, la región tampoco se olvida de la gastronomía y la oferta culinaria aporta una enorme variedad de productos frescos y otros manjares típicos que se degustan, por supuesto, junto a vinos finos y llamativos elaborados en Hessische Bergstrasse.
Atención amantes del vino: ¿qué encontrar en Hessische Bergstraße?
En cuanto a su oferta vitivinícola, la región tiene aproximadamente un 80% de vino blanco y un 20% de vino tinto. Asimismo, la variedad White Riesling ocupa el 51% de la superficie cultivada, luego siguen Grauburgunder/Pinot Gris (9%), Weißburgunder/ Pinot Blanc (8%), Müller-Thurgau (8%), y por último Silvaner (4%).
Por otra parte, las variedades tintas están compuestas en primer lugar por lauer Spätburgunder (18%), Saint Laurent y Dornfelder. Además, las especialidades como Gewürztraminer, Chardonnay, Merlot, Cabernet Sauvignon también se encuentran en la zona.
En toda Alemania se conoce a la Bergstraße como el «jardín de primavera». El paisaje está perfectamente protegido contra los vientos del Norte y del Este por las montañas del Odenwald. Gracias a esta barrera natural contra el viento y las condiciones climatológicas adversas, la primavera comienza unas dos semanas antes que en el resto de Alemania.
Los valores climatológicos medios del año están en los 11° C, con 1700 horas de sol al año y una media de precipitaciones que ronda los 720 mm. Este clima permite que la época de vegetación sea muy larga y que la zona está prácticamente predeterminada para el cultivo de la vid.