No voy a negarlo, siempre quise tener una experiencia de cerca con los delfines. Hay alguien que no los ame? Más que a los gatitos?
Déjame decirte que si te gustan tanto como a mí, seguramente no hagas un programa de nado con ellos.
He aquí algunas de las razones de cómo en nuestro comprensible deseo de estar con ellos, en realidad les estamos haciendo daño:
1. Los delfines son capaces de experimentar emociones complejas
Creo que la peor cosa que he oído acerca de estos programas, algo que me hizo querer llorar, fue que en un parque acuático el delfín madre bloqueó la salida a la superficie del bebe para que éste no pudiera respirar y el bebé finalmente murió.
La gente que trabajaba allí, que conoce el comportamiento de los delfines, creían que la madre hizo esto porque no quería que su bebé creciera en cautiverio.
Tenemos que ser muy ciegos si no podemos ver lo miserable y triste que estos delfines son. En un minuto pasan de estar nadando con su familia y tener todo el océano como su patio de recreo, a ser atrapados por una red y enviados a vivir en una piscina para el beneficio económico de unos pocos humanos.
2. La situación en la que viven es horrible
Los programas de interacción con defines se pueden encontrar en todo el mundo, desde complejos hoteleros a parques temáticos. Pero realmente el único lugar en el que se debería querer ver a un delfín se encuentra en la naturaleza.
Es cierto que, para el ojo inexperto, parecen felices cuando se les ve haciendo sus pequeños trucos, pero los recintos de retención de delfines no son únicamente poco profundos para ellos, sino también demasiado pequeños.
Además, el nivel de cloro que se utiliza para mantener la limpieza de las piscinas es suficientemente alto para que en algunos casos los delfines se queden ciegos.
También existen corrales marinos abiertos, en oposición a las piscinas cerradas, pero son tan malos como éstos últimos, ya que desechos como clavos y anzuelos flotando en el océano se estancan allí, y los delfines pueden tragar accidentalmente algo agudo.
3. Los delfines están constantemente bajo extrema presión
Todos los días, los delfines cautivos realizan las mismas interacciones, los mismos movimientos y brincos, las mismas hazañas, una y otra vez. Esto puede hacer que se sientan frustrados, y luego tengan actitudes agresivas para con los huéspedes que exigen esta rutina de ellos. Y honestamente, ¿de quién es la culpa si se ponen agresivos? Desde luego, no los de los delfines.
La próxima vez que tengas la oportunidad de nadar con los delfines en uno de éstas actividades, sería bueno pensar en mejores opciones de ir en busca de un contacto con ellos. Tomar alguna clase surf en un área donde se sabe que los delfines te puedan rozar o ir en una excursión en barco a una zona donde sepas que te los puedes encontrar.
Hay que empezar a pensar un poco más con el corazón y un poco menos con el deseo de publicar una dulce new pic en Instagram.