Muchos ya se han pronunciado en ese sentido, pero no por ello es necesario que, de vez en cuando, se repita otra vez: el público es seguramente el factor más determinante del deporte. Por muchos deportistas profesionales, estadios, patrocinadores o televisiones que existan, sin un público que quiera consumir y vivir ese espectáculo, el negocio deja de tener sentido. Es por esa misma razón que, debido a la crisis sanitaria que se está viviendo en la actualidad, y que ha apartado el público de los estadios de fútbol profesionales, el deporte ha dejado atrás a una parte fundamental del espectáculo.
Pese a que hay competiciones como La Liga española que han optado por modificar las retransmisiones de televisión para que parezca que aún hay público en el campo (así como el ruido en las gradas), otras competiciones como la Champions League han optado por mantener la realidad en la pantalla, y los partidos se ven marcados por el vacío en el estadio y por los sonidos del terreno de juego, que han sustituido a los cánticos y gritos de los aficionados.
Para algunos eso descontextualiza un partido de fútbol en televisión, e incluso operadores como algunas casas de apuestas internacionales como Betfair han incluido entre su oferta un simulador de ruido de grada para que los partidos vuelvan a tener esa “esencia perdida” a causa de las recientes medidas sanitarias que evitan la entrada de público en los estadios. Desde luego, a nivel televisivo y de entretenimiento, habrá posiciones para todos los gustos, pero la preocupación parece patente para que el fútbol se parezca lo más posible a como era solo unos meses atrás.
Y es que desde casa se nota muchísimo la falta de ambiente en los estadios. ¿Cómo será la sensación de los profesionales que tienen que jugar en estadios vacíos? La sensación de que un deporte que hace unos pocos meses congregaba a miles de personas en un mismo sitio, ahora, se ve abocado a la máxima soledad sobre el terreno de juego. De hecho, son muchos los profesionales que ya se han expresado en ese sentido, que desean que la afición vuelva a los estadios -evidentemente con las máximas precauciones posibles- porque, al final, el deporte no es de nadie más que del espectador y del aficionado. Pese a que las competiciones se han reanudado, en la mayoría de ocasiones, de una forma normal, para el telespectador se sigue notando una sensación de frialdad que le quita emoción e intensidad al fútbol, uno de los deportes que más han estado ligados a los fanáticos a lo largo de los historia moderna. Los seguidores en los estadios son los que dan color a los partidos, los que animan y los que lloran, los que sienten los colores de los equipos, ganen o pierdan. Sin ellos, una parte fundamental del espectáculo se va, y eso perjudica tanto al espectáculo como a los jugadores, así como a las retransmisiones que, ahora, se tienen que ver modificadas artificialmente para simular una normalidad que, esperemos, no tarde demasiado en volver.
