Poço azul, una pequeña cueva ubicada en el Parque Nacional Chapada Diamantina, en Brasil, es uno de esos sitios naturales que invitan a los viajeros a seguir recorriendo lugares sorprendentes como estos.
Llamada por muchos “la cueva invisible”, Poco Azul es un lugar donde la visibilidad y la claridad del agua es tan importante, que en muchas ocasiones es difícil de distinguir entre el borde del agua y el comienzo de las rocas circundantes. En este post te contaremos todo lo que hay que hacer para visitar la maravilla natural de Poço Azul, en Brasil.
Razón por la que visitar Poço Azul: un diamante poco conocido
La historia del descubrimiento de Poco Azul se remite al año 1920 cuando un buscador de diamantes de la región se topó con este lugar naturalmente increíble. Muchos años mas tarde, este sitio es un diamante de por sí, es un lugar natural donde los viajeros pueden nadar en cuevas y piscinas tan claras que cuesta distinguir el agua del aire con tan solo mirarla.
Siempre buscamos distintas razones por las que visitar un lugar, aunque Poco Azul no hace falta siquiera ni una, con solo observar una foto, ya es suficiente para motivar el deseo viajero de cualquiera que se encuentra en Brasil o próximo a hacerlo y definitivamente incluirlo en el listado de sitios por visitar.
Para quienes deben estar pensando: “las piscinas naturales de Sudamérica son todas frías”, la realidad es que algo de razón tiene, pero el caso de Poco Azul, no es el ejemplo. Gracias a que los rayos solares inundan la caverna y “tocan” las aguas de la piscina, la temperatura media del agua es de 23.5 grados a lo largo de todo el año, haciendo que sea otro de los propulsores y motivos por los que visitar este fantástico lugar.
¿Cómo llegar a Poço Azul?
Lejos de los balnearios más turísticos de las costas de Brasil, Poco Azul se encuentra en un lugar un tanto difícil de llegar pero que hace que no sea un sitio sumamente “poblado” por turistas, siendo esta la oportunidad perfecta para disfrutar del contacto con la naturaleza en todo momento.
Como te habíamos contado antes, Poco Azul se encuentra en el Parque Nacional Chapada Diamantina, ubicado en Figueirópolis, en el estado de Tocantins, casi en el centro de Brasil. Para que sea aun más fácil ubicarse, arribar al parque nacional lleva aproximadamente unas 8 horas desde Brasilia, la capital del país y a 20 horas de Rio de Janeiro o Salvador, parte de las ciudades más visitadas del país.
Sin embargo, un largo trayecto hace que el destino valga la pena y para todos aquellos que recorran las maravillas de Brasil, entonces Poco Azul debería estar en ese listado.
El Parque Nacional Chapada Diamantina es una de las maravillas naturales más importantes de Brasil (y para muchos, del mundo). Un lugar donde la naturaleza erosionó las montañas de tal forma que las cuevas, los valles y las grandes planicies elevadas (chapadas) son protagonistas de grandes extensiones de lugares afortunadamente protegidas de las amenazas del hombre.
¿Dónde dormir?
Esta es la pregunta clave para todo aquel que debe estar pensando “que lejos que es, no hay chance de visitarlo”. Las opciones de alojamiento próximos al Parque Nacional son dos, cada una de ellas ubicadas en lados opuestos del parque: Lençois y Vale do Capão.
Teniendo en cuenta que el Parque nacional ocupa una superficie de 1520 kilómetros cuadrados, ambos pueblos son buenas opciones para alojarse y cuentan con infraestructura dedicada a los viajeros que llegan hasta la zona. Tanto Lençois y Vale do Capão son pequeños pueblos con su propio encanto, sitios ideales para disfrutar de un par de noches mientras se visita la zona.
¿Cómo visitar Poço Azul?
Como te contábamos en un principio, el Parque Nacional es tan grande y tan extenso que tiene diversos sitios que recorrer, aunque Poco Azul puede coronar la visita de muchos o al menos formar parte de uno de los atractivos principales.
Para poder visitar la mítica piscina y cueva invisible, es necesario hacerlo con un guía y con grupos reducidos, esto permite que no se acumulen grandes grupos de turistas y se pueda disfrutar de la claridad del agua y tranquilidad del ambiente.
Dato viajero: la mejor hora para visitarlo es entre las 12 y las 2 de la tarde, momento donde el sol entra en la cueva y la visibilidad aumenta a 16 metros de profundidad… un momento único donde parece que se esta nadando y levitando sobre el vacío.
En pocas palabras se puede resumir lo que implica una visita a Poco Azul, en pocas palabras se puede describir la sensación que se siente al visitarlo pero es imposible encontrar esas palabras. La naturaleza genera sensaciones y sentidos que son difícilmente de explicar y por eso se invita a los viajeros a que la descubran, con el respeto que se merece y la preservación para las futuras generaciones.