¿Te imaginás paseando por el lugar en donde Don Quijote se imaginaba luchando contra los gigantes? Este lugar existe y está abierto al público para visitarlo. En la provincia de Toledo, Castilla-La Mancha, España, se encuentran estos molinos de viento. El lugar sirvió de inspiración para que Miguel de Cervantes escribiera El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha (conocida habitualmente como El Quijote).
Al contrario de Cervantes, quien decía no querer recordar en qué lugar de La Mancha vivía un hidalgo, yo en cambio sí recuerdo el nombre de este lugar, el cual vale la pena visitar: se llama Consuegra. A estos molinos se los puede ver desde otros dos lugares: Mota del Cuervo y Campo de Criptana. En mi caso, opté por la provincia de Toledo, ya que el Cerro Calderico que reúne a los molinos, se encuentra a 130 kilómetros de Madrid. Se debe escoger la carretera A-4 hasta llegar a Madridejos. Una vez que estás en camino, te recomiendo ir siguiendo las indicaciones.
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Consuegra es una pequeña pero pintoresca comunidad que tiene un casco viejo con aires medievales y se la puede observar desde lo alto de los molinos sobre la ruta. Es una vista imperdible. En 2006, se la declaró como Bien de Interés Cultural, junto con los molinos y el aledaño Castillo de la Muela, su construcción es del siglo X y la concluyeron los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén a mediados del siglo XIII. En 2008, le otorgaron la categoría de sitio histórico.
También se puede andar por las calles de Consuegra y visitar la Plaza de España con su Ayuntamiento con un reloj de sol y la Iglesia del Cristo de la Vera Cruz, entre otros sitios.
Estos molinos, los cuales Don Quijote confundió con gigantes amenazadores y contra los cuales creía luchar, son en total doce y tienen nombres como: Sancho, Rucio, Bolero y Espartero. Algunos aún conservan la maquinaria completa.
El molino Sancho es el que tiene toda la maquinaria del siglo XVI y funciona para la Fiesta de la Rosa del Azafrán: se celebra cada año durante el último fin de semana de octubre coincidiendo con la recogida de las flores. Esta fiesta se celebró por primera vez en 1963 y está declarada como una Fiesta de Interés Turístico reuniendo las características manchegas en la gastronomía, el folclore y las tradiciones populares.
El molino Rucio también se lo puede visitar. En éste se venden souvenirs para comprar algún recuerdo del lugar también se venden bebidas y alimentos. Otros molinos que llevan el nombre de personajes cervantinos del siglo XVI son: Chispas, Caballero del verde Gabán, Mambrino, Clavileño, Alcancía, Cardeño, Mochilas y Vista Alegre.
También se puede visitar el interior del Molino de Viento Bolero: es el primero que se visualiza desde la carretera. Aquí se sitúa actualmente la Oficina de Turismo, en donde se puede obtener información turística, sacar la entrada conjunta para el molino y el castillo y en donde también se puede ver todo su mecanismo. Se sube por una escalera estrecha (no apto para claustrofóbicos, ya que el lugar es pequeño y suele haber muchas personas), en la planta superior hay televisores que detallan la explicación sobre el funcionamiento de los molinos. A través de sus pequeñas ventanas, se puede obtener maravillosos recuerdos del paisaje. Es, sin dudas, una experiencia única.
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Consuegra se puede visitar en un día perfectamente. Con respecto a los molinos y el castillo, tienen sus horarios de acceso según la temporada. Recomiendo comprar los tickets antes de la visita.
Una vez que estás al lado de alguno de estos molinos, es impresionante su inmensidad y belleza, y ahí comprendemos por qué Don Quijote realmente creyó que eran gigantes, ¿no? Disfrutar de este indescriptible paisaje al caer la tarde es una sensación única junto con el silencio que invita a disfrutar y caerse rendido a los pies de Consuegra.
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