Los tiburones de arrecife de punta blanca de Malasia están sufriendo de una extraña enfermedad y los biólogos marinos se están ocupando de investigarla. Lo que está generando en los animales es daños en la piel, principalmente, y de acuerdo a los informes tempranos podría estar relacionado al cambio de temperatura del mar.
Los tiburones de arrecife de punta blanca reciben ese nombre por el color distintivo que tiene la punta de su aleta, y en el último tiempo están sufriendo de una lesión que no se sabe muy bien qué es lo que la genera.
El pasado mes de Abril se viralizó una imagen de uno de estos animales donde se podían ver marcas y lesiones en la parte de su cabeza, según informó el sitio de noticias CNN. Las fotos habían sido tomadas por un fotógrafo submarino en la isla de Borneo. Más adelante, un equipo de investigadores y grupos de conservadores comenzaron a ver los mismos daños en todos los tiburones que se encontraban en la isla de Sipadan.
Desde entonces biólogos marinos han estado investigando las razones de dichos daños y creen que podría estar relacionado al cambio de temperatura de la superficie marina de Sipadan. El pasado mes de Mayo se registraron unos 29.5 grados centígrados, lo cual representa un grado más alto de la temperatura que solía tener el agua en 1985.
«Casi de forma segura podemos marcar el calentamiento global teniendo un rol importante en lo que vemos en los tiburones enfermos de Spidan«, explicó Davies Austin Spiji, biólogo marino que trabaja con la organización sin fines de lucro Reef Guardian, según reportó CNN.
Cabe tener en cuenta que Spidan es un área marina protegida donde está prohibida la pesca y no ha industrias cerca, por lo que la incidencia humana de forma directa está descartada.
Hasta el momento los investigadores no han podido desarrollar un estudio completo porque hasta el momento no fue posible tomar muestras seguras de un ejemplar, según explicó Mabel Manjaji-Matsumoto, quien forma parte del Instituto de Investigación Marina de Borneo de la Universidad de Malasia de Sabah.
A pesar de eso, destacan que no se puede negar el impacto de las altas temperaturas.