Si tienes previsto hacer un viaje al viejo continente y realizar una parada especial en Francia y te has estado preguntando cuándo reabrirá Notre Dame para que los viajeros puedan disfrutar de su imponente arquitectura e importancia religiosa, debes saber este dato: la reapertura de Notre Dame está prevista para el año 2024. En principio, de forma oficial, las autoridades han indicado que buscarán inaugurar su reapertura antes de los Juegos Olímpicos de París, el evento multideportivo internacional que se llevará a cabo entre el 26 de julio y el 11 de agosto de 2024.
Hace unos pocos meses, había trascendido que el mismísmo presidente de Francia aseguraba la reapertura del templo para el 2024. Y es que, por aquel entonces, el general Jean-Louis Georgelin—presidente de Rebâtir Notre-Dame de Paris, designado para el proyecto de restauración por el presidente francés Emmanuel Macron—compartió que la restauración había alcanzado una nueva etapa. “Decimos oficialmente que la catedral ya está salvada, que está sólida sobre sus pilares, que sus muros son sólidos”, explicó Georgelin en una entrevista con BFMTV. Aquella iniciativa contemplaba un paso crítico y más que necesario para cumplir el plazo del presidente Macron de reabrir en 2024.
De esta manera, todo está dado para que uno de los monumentos más populares de la capital francesa, situado en la pequeña isla de la Cité y rodeado por las aguas del río Sena, abra sus puertas a los visitantes con ganas de admirar a la catedra de culto católico que es sede de la archidiócesis de París, la capital de Francia y está dedicada a la Virgen María, madre de Jesucristo.
Así, Jean-Louis Georgelin—presidente de Rebâtir Notre-Dame de Paris, ha confesado: “Estamos decididos a ganar esta batalla de 2024, a reabrir nuestra catedral en 2024… Será un honor para Francia hacerlo, y lo haremos porque todos estamos unidos en esta meta”. Al mismo tiempo, ha explicado los trabajos preliminares que fueron necesarios para empezar a trabajar, incluyendo “la retirada del gran órgano, la limpieza de los lugares de prueba en dos capillas, la instalación de perchas de madera bajo los arbotantes o incluso la limpieza y clasificación de los restos y el aseguramiento del crucero”.
De cara a la reapertura de Notre Dame, cabe destacar que todas estas tareas mencionadas anteriormente eran más que necesarias para trabajar cerca de las zonas principalmente dañadas en el incendio, incluyendo la aguja de la catedral y el intrincado tejado de celosía.
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