La Ruta Austral
Este recorrido es famoso entre los ciclistas internacionales. La Ruta Austral es un paseo que va desde Puerto Montt (en el centro de Chile) hasta Villa O’Higgins al norte de la Patagonia. Incluye varios paseos en ferry en el camino, pero aun así, 810 millas pedaleando, es una negativa para viajes familiares.
El Roraima
Con 2810 metros sobre el nivel del mar, el monte Roraima, en Venezuela, es la montaña más alta de la sierra Pacaraima y un camino de trekking muy popular. Bosques, sabanas, formaciones rocosas y ríos acompañan los 6 días de camino que toma llegar hasta la cima y volver. Aunque es un viaje espectacular, hacer trekking no es el paseo más adecuado para familias con niños, pues demanda mucho esfuerzo físico. La Ruta del Inca, en Perú, el paseo de la W en las Torres del Paine de Chile y otros muchos destinos de senderismo, son mejores para recorrer entre adultos.
Los rápidos de América Latina
El rafting es un deporte extremo con varios niveles de dificultad, pero si te gusta lo extremo, seguro prefieres los ríos tipo IV o V, con lo cual, mejor aventurarse a navegarlos antes de tener familia. Si quieres explorar algunos, te recomendamos el Río Iruya en Salta, Argentina, el Río Zongo en Bolivia, los ríos Futaleufú, Fuy y Baker en Chile, el Río Chicamocha en Boyacá, Colombia, el Savegre en Costa Rica, el Río Los Esclavos en Guatemala, Cangrejal en Honduras, el Río Pescados en Veracruz, México, el Río Urubamba en Perú y el Canagua en Venezuela. Y consideren que en general, los deportes extremos y los niños no son una buena idea, por obvias razones.
El Sahara
A cualquier desierto, pero en particular a este. Las excursiones al Sahara son muy populares entre los turistas que visitan el norte de África, pero siendo el desierto más cálido del mundo, puede ser una aventura intolerable para un niño. Además del calor, el sol puede ser muy extremo, por mucha protección que se tenga, y la arena puede terminar molestando más de la cuenta a los más pequeños de la casa. Lo más probable es que no disfruten del paseo, así que mejor guardar esa experiencia para cuando estén los suficientemente grandes como para disfrutar un buen paseo a camello.
El Atlántico
Cruzar el Atlántico en velero es, para los aficionados a las embarcaciones a vela, el equivalente a subir el Everest para los alpinistas. Es una travesía de unos 10 meses ida y vuelta que se hace por la misma ruta que recorrió Colón en su momento. No solo amerita un nivel de planificación master para que salga bien, sino que el camino puede tener accidentes meteorológicos y cero oportunidad de reabastecimiento en caso de un imprevisto.