Miguel Ángel Blanch, de Modelismo Naval para Todos, construyó una versión a escala de El holandés errante, el barco de de la película Piratas del Caribe: la propuesta tuvo detrás un proceso creativo de casi 10 meses, lo cual implicó de 280 a 300 horas de trabajo. Valió cada segundo porque el resultado es increíble. ¿Le dará el visto bueno Johnny Depp?
El holandés errante o el holandés volador es un barco fantasma, protagonista de una leyenda muy extendida alrededor del mundo. Según la tradición, es un barco que no pudo volver a puerto, condenado a vagar para siempre por los océanos del mundo.
A juzgar por las imágenes, Blanch hizo una reproducción fiel pero mucho más pequeña de la nave, pero no escatimó en ninguno de los detalles; en definitiva se parece a la nave fantasmal de la película. Debido a que el barco es ficticio, este artista tuvo que basar sus planes en un barco real, el Vasa, y luego adaptarlos para que se ajustaran a las características de El holandés errante.
¿Cómo fue dar inicio a la estructura? Blanch reunió sus materiales, incluyendo madera contrachapada y materiales electrónicos para agregar luz y sonido al barco. Los componentes electrónicos fueron colocados en la estructura inicial de la nave, y luego Blanch construyó a su alrededor, agregando tiras a la estructura.
Incluso, realmente estuvo pendiente de cada detalle: una de las partes más llamativas de El holandés errante son los rostros fantasmagóricos que decoran el costado del barco. Para esculpirlos, Blanch probó con varios materiales (resina, fimo y arcilla), pero terminó eligiendo papel maché. Una vez los incorporó al diseño, el artesano aplicó varias capas de pintura para darle su característico color verde azulado.
También tuvo que esculpir el espejo de popa, que es la sección vertical en la parte trasera del barco.