Tristísima noticia: según declaraciones de un oficial federal que investiga la causa, se estima que por lo menos unos 46 migrantes fueron encontrados muertos en la parte trasera de un camión con remolque en San Antonio, Texas. El hecho fue inmediatamente reportado y difundido en las portadas de los principales medios de comunicación del mundo, causando conmoción.
La principal hipótesis que maneja el alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg, es que las personas cruzaron la frontera entre Estados Unidos y México hacinados en el vehículo mientras las temperaturas llegaban a niveles extremos.
El funcionario de la policía, que habló bajo condición de anonimato para proporcionar información preliminar, detalló que los rescatistas pudieron identificar a otras 16 personas vivas en el vehículo y las llevaron para recibir tratamiento médico. Por el momento se desconoce en detalle las nacionalidades de los migrantes fallecidos ni la cantidad de menores que se encontraban en el camión.
Por su parte, Nirenberg brindó una conferencia de prensa para esclarecer los acontecimientos y aclarar que el episodio está siendo investigado por autoridades federales y considerado como «crimen»: “Es una tragedia. Son 46 personas que tenían familias y buscaban una mejor vida”.
Desafortunadamente, las muertes se producen en un contexto en el que el aumento en la migración a la frontera sur de los Estados Unidos se acrecienta cada vez más, con las últimas cifras de Aduanas y Protección Fronteriza que muestran que los arrestos de inmigrantes en mayo aumentaron a los niveles más altos jamás registrados. Se estima que hubo 239.416 arrestos a lo largo de la frontera con México el mes pasado, un aumento del 2 por ciento desde abril, según los totales.
El comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) por sus siglas en inglés, Chris Magnus, advirtió recientemente sobre los peligros de los cruces ilegales. Las últimas cifras muestran un número creciente de personas que llegan de países como Turquía, India, Rusia y otras naciones fuera del hemisferio occidental. Un gran número de migrantes de México, América Central, Cuba y Haití también continuaron cruzando.
“A medida que las temperaturas comiencen a subir en el verano, los traficantes de personas continuarán explotando a las poblaciones vulnerables y poniendo en peligro imprudentemente la vida de los migrantes para obtener ganancias financieras… El terreno a lo largo de la frontera suroeste es extremo, el calor del verano es severo y las millas de desierto que los migrantes deben caminar después de cruzar la frontera son implacables”, explicó Chris Magnus.