Situada en la ciudad de Brujas, en Bélgica; la Basílica de la Santa Sangre fue construida en el siglo XII a modo de capilla, de la residencia del conocido conde de Flandes. La edificación posee dicho nombre ya que atesora lo que se considera la verdadera sangre de Cristo. Al parecer, esta sangre fue recogida por José de Arimatea y traída desde Tierra Santa por Teodorico de Alsacia, el mencionado conde de Flandes.
Situada en una esquina de la céntrica plaza Burg y ubicada entre el Ayuntamiento y una hilera de tiendas, la pequeña Basílica de la Santa Sangre de Brujas no destaca demasiado en el paisaje urbano de la ciudad, ni siquiera con su oscura fachada gótica con estatuillas doradas. Puntualmente, esta fachada extravagante no se añadió hasta el siglo XVI, para conectar dos capillas separadas: la capilla románica inferior de San Basilio y la capilla gótica superior de la Santa Sangre, donde se guarda la reliquia.
Si bien hasta el momento los expertos no han podido confirmar ni desacreditar su autenticidad, esto no ha impedido que residentes y miles de turistas que visitan Brujas a diario, celebren y honren lo que representa la reliquia, conservada en un templo que fue construido para tal actividad.
La Basílica de la Santa Sangre: un poco de historia
Para conocer en profundidad la historia de esta edificación religiosa, debemos centrarnos en la figura de Teodorico de Alsacia. En el año 1134 decidió construir nada más y nada menos que una doble capilla privada contigua a la primera residencia de los condes de Flandes: Oud Steen. Un edificio que en la actualidad, alberga el Ayuntamiento.
En el año 1147, Teodorico de Alsacia tuvo que partir hacia la histórica segunda cruzada. Tal y como narra la leyenda, éste regresó a la ciudad de Brujas un 28 de febrero de 1150. Y no lo hizo con las manos vacías, sino con la reliquia de la Santa Sangre. De ahí que, en la primera mitad del siglo XIII, se tomara la decisión de cambiar el nombre de la capilla superior a “Capilla de la Santa Sangre”.
La Reliquia de la Santa Sangre
La Reliquia es una ampolla que contiene un trozo de tela con la sangre de Cristo. Si bien es cierto que en la Biblia como tal, no hace mención a su conservación, en uno de los Evangelios apócrifos afirman y refieren que José de Arimatea, conservó esa Santa Sangre justo después de lavar el cadáver de Jesucristo.
Por su parte, la leyenda asegura que Teodorico de Alsacia llevó esa Reliquia a Brujas, tras la Segunda Cruzada que se llevó a cabo entre los años 1147 y 1149. A pesar de todo, recientes investigaciones no datan la presencia de la Santa Sangre en la ciudad belga hasta 1250. Sin dudas la Santa Sangre, es uno de los elementos que más expectación genera y que más visitas recibe por parte de los fieles. Como dato curioso, el día de la Ascensión se realiza la Procesión de la Santa Sangre.