Mientras Europa sufre la peor ola de calor de su historia, China no es ajena a esta situación y vive un clima similar. El gigante asiático ha comenzado a intensificar el uso de lluvias artificiales para hacer frente a la mayor sequía en seis décadas que está afectando a zonas del centro del país en los últimos días, según informaron diversos medios locales.
Distintos departamentos meteorológicos de las provincias de Hubei (centro) y Hunan (centro) están utilizando a sus «cazadores de nubes» para provocar lluvia con unos cohetes que vuelcan en las nubes sustancias condensadoras como el yoduro de plata, lo que acelera las precipitaciones.
China ha estado tratando de alterar el clima desde mediados del siglo pasado, aunque empezó a aplicar sus experimentos en eventos importantes desde que Pekín fuera sede de los Juegos Olímpicos en 2008, en ese caso para garantizar un clima seco en la capital durante la celebración del gran evento deportivo.
A través de satélites, aviones, estaciones de radar móviles e inteligencia artificial, las autoridades meteorológicas tratan de predecir el movimiento del aire húmedo para poder ejecutar operaciones de siembra de nubes.
«No es tan fácil aumentar artificialmente la lluvia, ya que hemos estado listos desde el 19 de julio para ‘disparar el cañón’ llegado el momento», ha afirmado Yu Xiaoyao, jefe de la oficina meteorológica del condado de Taoyuan en declaraciones recogidas por el diario Hunan Daily.
«La mejor lluvia artificial requiere nubes adecuadas en el cielo, con unas capas que tengan un grosor de 2 a 3 kilómetros», ha añadido Yu.
El miércoles, la Administración Meteorológica emitió la alerta roja por calor en 138 ciudades, mientras que otras 373 localidades permanecían bajo la alerta naranja, la segunda más alta. Esta semana, la ola de calor, con temperaturas que han llegado a los 44°C en algunas provincias, superó los dos meses seguidos de duración. Desde que comenzaron los registros en 1961, nunca se había reportado una ola tan larga.