CuliAir Skydining, así se llama el primer restaurante en globo aerostático. Esta increíble experiencia culinaria y recreativa nos brinda en una cena de una hora y media en un viaje por los paisajes más bellos de Países Bajos.
El globo aerostático, transformado en un restaurante con cocina, permite transportar entre 6 y 10 personas. El vuelo dura hora y media, supera los 400 metros de altura sobre el terreno y recorre 30 kilómetros. El precio es un poco costoso: 435 euros por persona pero incluye la cena en directo a cargo de la chef Angélique Schmeinck, y, por supuesto, el vuelo de hora y media.
La preparación de los platos se da durante el trayecto y las opciones son muy variadas. Entre las recetas estrella están la de langosta escocesa, coquilles de Saint -acques (vieras a la francesa), lubina con espárragos verdes y crema de zanahoria y pollo con champiñones, espárragos blancos, mayonesa y pistachos. Destaca también el entrante creativo compuesto por queso de cabra, salsa de melón, sésamo crujiente y alcaparras deshidratadas. En cuanto a los postres, los comensales pueden degustar un delicioso mousse de chocolate y fruta de la pasión con merengue, frambuesa y sirope de albahaca.
Angélique Schmeinck fue la inventora de la idea en 2003. Ella quería preparar platos de nivel durante un viaje en globo aerostático y utilizar este medio de transporte como un horno de convección, es decir, un horno donde los alimentos se cocinan con calor radiante y con el aire caliente que pasa por encima de la comida. Esto fue posible ya que las temperaturas internas del globo pueden superar los 100ºC, lo que permite cocinar los alimentos de manera lenta. Esta técnica tiene mejor resultado en la cocción de carnes y pescados, lo que proporciona un mejor sabor.
El viaje termina con un champán y el postre en tierra firme. De ensueño.