Wilmina Hotel acaba de abrir sus puertas reconvirtiendo así una antigua prisión de mujeres en un hotel de lujo, ideal para turistas que se encuentran de paso por la capital alemana. Las celdas ahora dan vida a 44 habitaciones que, servirán de gran ayuda ante el notable crecimiento en cifras de ocupación.
«Escondido, pero en el corazón de Berlín. Protegido por exuberantes jardines y patios entrelazados. Un lugar de encuentro y experiencia, así como de contemplación y retiro», así definen desde el hotel a este nuevo concepto de alojamiento que promete y permite resignificar parte de la historia local. Se trata de un antiguo palacio de justicia y prisión de mujeres, sensiblemente transformado en un retiro escondido, ofrece un alto confort y serenidad en medio del ajetreo y el bullicio de la ciudad.
La recuperación de un espacio ideal para el turismo
En 1896, los arquitectos Adolf Bürckner y Eduard Fürstenau construyeron el tribunal penal y la prisión asociada como estructuras independientes. El edificio frontal se utilizó como tribunal de jueces legos con cuatro departamentos; más tarde albergó la administración de la propiedad, el Instituto Estatal de Química y, más recientemente, el registro de la propiedad de Charlottenburg-Wilmersdorf. La prisión también formó parte de la turbulenta historia del poder judicial alemán durante décadas.
Ahora, Wilmina ofrece tres nuevos espacios en una ubicación única. En Kantstraße 79 en Berlín Charlottenburg, Grüntuch Ernst Architekten transformó, amplió y reprogramó un conjunto protegido que consta de un antiguo palacio de justicia y una prisión para mujeres. Bajo la dirección de una familia, el antiguo palacio de justicia cobró vida como un espacio para el arte y la cultura.
El Wilmina Hotel se encuentra en Berlín -a unos 2,3 km del recinto ferial Messe Berlin y a 2,9 km de Kurfürstendamm- y ofrece desayuno buffet diario, restaurante, centro de fitness, bar y jardín. Cuenta con recepción 24 horas, servicio de conserjería y WiFi gratuita en todas las instalaciones. El hotel cuenta, además, con sauna y consigna de equipaje. El establecimiento cuenta con mesa de billar, terraza y servicio de alquiler de bicicletas.
Por su parte, en lo que refiere al restaurante Lovis, se contempla un menú inspirado en la cocina alemana contemporánea y centrado en productos regionales y de temporada de la más alta calidad. La chef Sophia Rudolph y su equipo reinterpretan platos tradicionales y dan vida a un espacio escondido rodeado de exuberantes jardines salvajes.