Igual que en Tomb Raider, como Lara Croft sumergiéndose en aguas turquesas repletas de ruinas; así lograrás sentirte cuando nades en la piscina de Cleopatra, que así llaman a la terma de la antigua Hierápolis. Pero, ¿cuál es la razón de ese nombre? Cuenta la historia que la poderosa reina egipcia oyó de la fama de esta terma sanadora y comenzó a desplazarse periódicamente a esta ciudad para sumergirse en ella. Por entonces, eso sí, no estaba plagada de columnas de mármol…
Este es su orígen
Las aguas de las fuentes termales de la zona se encuentran a 36 grados, y sus vapores estaban asociados con Plutón, dios del inframundo. Tanto es así que en Hierápolis se puede encontrar una cueva tóxica sellada que, según se creía, era un pasaje al mal, pues allí situaban los turcos la Puerta del Infierno.
«Es una abertura del tamaño suficiente para que pueda entrar un hombre, pero hay un descenso de gran profundidad. El espacio se llena con un vapor nublado y oscuro, tan denso que la parte inferior no puede apenas discernirse. Los animales que entran mueren al instante», escribió sobre ella el geógrafo griego Strabo.