El pasado 28 de febrero, el Conacyt reveló que científicos del Colegio de la Frontera Sur compartieron el gran hallazgo del segundo agujero azul más grande del mundo, ubicado en la Bahía de Chetumal, Península de Yucatán. Su nombre es Taam Ja’, que en maya significa ‘agua profunda’.
Sin embargo ¿de qué estamos hablando cuando mencionamos a un agujero azul? Básicamente es una formación geológica natural que adquiere una coloración más oscura con respecto a la superficie, por su profundidad.
¿Cuáles son sus características?
En primer lugar, se estima que el agujero tiene una superficie circular; 274 metros de profundidad y un área de 13 mil 690 metros cuadrados.
Además, sus lados son empinados, con pendientes de al menos 80 grados. Esto quiere decir que forman un gran cono y es el primer agujero azul en identificarse en un sistema estuarino, en otras palabras, que se localiza en un área costera donde el agua dulce se mezcla con el agua salada del océano.
Asimismo, la investigación del agujero azul se llevó a cabo principalmente con buceo y ecosondas, lo que permitió descubrir que la boca del Taam Ja’ se ubica a una profundidad aproximada de entre 4.5 y 5 metros bajo el nivel del mar.
¿Qué tan importante es este hallazgo?
Científicamente, el Taam Ja’ representa una oportunidad inigualable para obtener información sobre cómo era el ambiente y el clima planetario hace miles de años.
Según el Conacyt, a diferencia de las fosas y los abismos marinos; que alcanzan hasta 11 mil metros de profundidad; los agujeros azules son menos profundos y se forman debido a procesos de fracturación, disolución y colapso de suelos.
Por último, según el artículo científico publicado en la revista Frontiers, los agujeros azules han sido poco explorados e investigados por la comunidad científica marina. Hasta ahora.