Sorprendente pero verídico, en Francia una mujer experimentó un momento impactante mientras disfrutaba de una taza de café con su amiga en una terraza. El responsable fue nada más y nada menos que un pequeño meteorito que la golpeó en las costillas, convirtiéndola en protagonista de un evento extremadamente poco común.
De acuerdo con el periódico francés Les Dernières Nouvelles d’Alsace (DNA), esto sucedió en la mañana del jueves 6 de julio en la localidad de Schirmeck, en el noreste del país. Mientras la mujer y su amiga charlaban animadamente y observaban el amanecer en un día claro, se vieron sorprendidas por un estruendoso sonido. Acto seguido, sintió un impacto en sus costillas, lo que la llevó a considerar la posibilidad de que un murciélago u otro animal volador la hubiera alcanzado.
«Pensamos que era un pedazo de cemento que había caído desde el techo cercano, pero al verlo, notamos que no tenía el color característico», contó al respecto la mujer, cuya identidad se mantiene en reserva.
Llena de preocupación por el extraño objeto que la golpeó, la mujer decidió llevar la roca a un techador de la zona para que la examinara. Sin embargo, la sorpresa fue grande cuando este profesional identificó el misterioso objeto como un posible meteorito, no simplemente un trozo de cemento. Para confirmar sus sospechas, tomaron la decisión de consultar a un experto geólogo, Thierry Rebmann.
Al observar el objeto, el geólogo quedó desconcertado y ratificó que, sin lugar a dudas, se trataba de un meteorito. La roca mostraba una combinación de hierro y silicio, una típica composición de estos cuerpos celestiales. En total, las piezas del meteorito recuperadas pesaban en conjunto aproximadamente 115 gramos.
Rebmann señaló en su entrevista con DNA que ser golpeado por un meteorito es un fenómeno excepcionalmente raro. Los casos documentados de personas alcanzadas por estas rocas espaciales son verdaderamente escasos, lo que hace que este incidente sea aún más sorprendente. Según el geólogo, la probabilidad de que un meteorito impacte a una persona es de una en 100 millones.
Afortunadamente, la mujer no sufrió heridas graves, aunque sí quedó con un gran hematoma. A pesar de haber llevado un buen susto, ella se convirtió en testigo de un acontecimiento extraordinario que muy pocas personas pueden contar en su vida.
¿Realmente era un meteorito?
La noticia de este incidente se difundió rápidamente en los medios, y a medida que nuevas imágenes de la roca espacial salían a la luz, algunos especialistas comenzaron a cuestionar su origen.
El lunes 17 de julio, Brigitte Zanda, una profesora-investigadora especializada en meteoritos del Museo Nacional de Historia Natural y directora científica del proyecto Vigie-Ciel, fue entrevistada por The HuffPost y afirmó: «No hay duda: esto no es en absoluto un meteorito».
La experta explica que para que un objeto sea considerado un meteorito, debe atravesar la atmósfera terrestre a una velocidad cósmica de decenas de miles de kilómetros por hora, lo que provoca una brutal compresión del aire y eleva su temperatura por encima de la superficie del Sol. Estas condiciones hacen que la superficie del meteorito se derrita y explote, dándole una apariencia suave con bordes muy afilados.
Además, aclara que al final de su vuelo, un meteorito suele tener una velocidad de alrededor de 300 km/h, y el impacto de tal magnitud sería probablemente fatal para cualquier persona que lo recibiera. Por otro lado, Thierry Rebmann está de acuerdo con la necesidad de investigar en un laboratorio el origen de este objeto.
Las rocas especiales
De manera curiosa, los meteoritos son rocas espaciales que logran sobrevivir a su agitado viaje a través de la atmósfera terrestre y, finalmente, impactan el suelo o cualquier cosa que se interponga en su trayectoria. Estos objetos, llamados meteoroides cuando se encuentran en el espacio, pueden tener diferentes tamaños, desde diminutos granos de polvo hasta pequeños asteroides.
Originados en cuerpos celestes más grandes, como asteroides, lunas y planetas como Marte, los meteoroides pueden tener una composición rocosa, metálica o una combinación de ambos elementos. La gran mayoría de ellos se desintegran completamente al atravesar la atmósfera terrestre a velocidades asombrosas, dejando apenas una pequeña fracción que llega a impactar la superficie.
Este encuentro inusual con el espacio exterior seguramente quedará grabado en la memoria de esta mujer y su amiga, sumándose a la larga lista de fascinantes historias relacionadas con los misterios del universo y de la vida. ¿Quién habría imaginado que un simple café con una amiga se convertiría en una experiencia cósmica?