En la provincia de Burgos, la majestuosidad de la naturaleza se manifiesta en esta temporada del año, donde podemos encontrar algunas de las cascadas más hermosas de España.
Protegidas por el mayor bosque de pinos de toda España, estos caudalosos ríos se precipitan valientes al vacío desde alturas que superan los 200 metros, creando así algunas de las más impresionantes cascadas de la península ibérica. Algunas veces majestuosas y otras bucólicas y especiales, estas cascadas moldean el paisaje con su poderío, abriéndose paso entre desfiladeros y cuevas escarpadas. Los saltos vertiginosos del agua envuelven al caminante en una atmósfera de mágica grandiosidad y ensordecedora belleza.
El Salto del Nervión
Este lugar destaca como la cascada más grande de la península ibérica. En medio de la comarca de Las Merindades, rodeada por iglesias y vestigios románicos, se extiende el Parque Natural Monte Santiago, un auténtico santuario natural que alberga hayas, pinos y encinares. Sobre este frondoso entorno, donde se entrelazan doce rutas de senderismo debidamente señalizadas, se puede vislumbrar el majestuoso vuelo del buitre común, el vigía ancestral del río Nervión, considerado el hijo predilecto de estas tierras cercanas.
En su apresurada carrera hacia el Mar Cantábrico, este caudal se precipita en un abismo de 222 metros de altura, protagonizando así el salto de agua más grande de la península ibérica. Esta impresionante cascada ha erosionado a su antojo un espectacular cañón a lo largo de millones de años, cuyas dimensiones podrás admirar desde el Mirador del Salto del Nervión.
Tobera: el pueblo de las mil cascadas
Ubicado a tan solo 2 km de Frías, considerada la ciudad más pequeña y una de las más hermosas de España, se encuentra Tobera, en pleno Valle de Tobalina. Este pintoresco pueblo burgalés se acuna al son del rumoroso río Molinar, que desciende caprichosamente dividiendo el territorio y creando innumerables saltos de agua que convierten a Tobera en un escenario único con una banda sonora inigualable. Es por ello que lo llaman cariñosamente ‘el pueblo de las mil cascadas’. El entorno natural y la musicalidad del río conforman un paisaje encantador que invita a la contemplación y la calma.
La ruta fluvial inicia a los pies de la ermita de Nuestra Señora de la Hoz y culmina en una impresionante cascada que atraviesa el antiguo puente de la localidad. Este recorrido es perfecto para realizar junto a los más pequeños, quienes podrán cruzar el río por un camino de piedras, sintiéndose como auténticos aventureros. La caminata promete ser una experiencia emocionante y entretenida para disfrutar en familia, rodeados de la belleza natural y la emoción de la cascada que los aguarda al final del trayecto.
La escalera de Orbaneja del Castillo
El encanto de esta pequeña aldea medieval, con apenas 50 habitantes, te cautiva desde el momento en que llegas. Las imponentes paredes del cañón del río Ebro la protegen, y de una de sus entradas, la Cueva del Agua, surge un torrente tan impresionante como fugaz, ya que nace y se extingue en tan solo unos segundos, pero no sin antes dividir el peculiar paisaje de este rincón burgalés en dos. Este fenómeno natural efímero agrega una pizca de magia y misterio a la belleza ya cautivadora de la aldea, creando una experiencia única e inolvidable para quienes la visitan.
Esta corriente de agua fluye en cascada a través de una escalera natural de 25 metros de altura, creando terrazas perfectamente diseñadas que realzan la espectacularidad de esta caída. En su trayecto hacia el río Ebro, este río joven y enérgico forma unas encantadoras pozas de un vibrante tono azul turquesa, dando forma al llamado Complejo Kárstico de Orbaneja del Castillo. Este complejo es un auténtico regalo de la naturaleza que alberga varias muestras de arte rupestre del neolítico en su Cueva del Azar, ubicada un poco más arriba de la gruta de la que brota esta impresionante cascada de agua. El entorno presenta un paisaje único y lleno de maravillas naturales que asombrarán a cualquier visitante.