Han pasado más de cinco décadas desde que Estados Unidos tocó la superficie lunar, pero ahora, con la nave espacial Peregrine y la misión inaugural del programa CLPS, la NASA planea poner fin a esta larga espera.
Aunque no se trata de un vuelo tripulado (esa hazaña se reserva para la misión Artemis III), será la primera vez desde Apolo 17, en diciembre de 1972, que una misión espacial estadounidense se posará en la Luna. Si todo sale según lo planeado, Peregrine aterrizará en el satélite el 25 de enero.
Esta misión histórica desvelará un tesoro que ha permanecido sellado al vacío durante 50 años: una muestra de la superficie lunar, un legado del Programa Apolo para la humanidad.
En un giro impresionante, la NASA actúa como cliente en esta expedición lunar. La nave Peregrine, concebida por la empresa privada Astrobotic, tiene dimensiones de dos metros de altura por dos y medio de ancho, capaz de transportar hasta 90 kg de carga.
Peregrine, como parte de la misión CLPS-1 de la NASA, llevará consigo nueve instrumentos de la agencia espacial para estudiar el regolito lunar, la radiación y otros aspectos clave de la superficie lunar. También transportará cargas comerciales, incluyendo una cápsula del tiempo de la fundación Arch y una placa con la clave privada de 1 bitcoin, un gesto publicitario innovador.
El esperado despegue está programado para el 24 de diciembre a bordo del nuevo cohete Vulcan Centaur de ULA, que hará su debut con los motores de metano de Blue Origin. Tras alcanzar la órbita lunar, Peregrine esperará hasta el 25 de enero para el aterrizaje, aprovechando las condiciones de luz óptimas.
Sin embargo, los desafíos son evidentes: un cohete y motores que nunca han volado plantean incertidumbres. Aun así, la mitad de las misiones lunares han tenido éxito, asegurando emoción entre los espectadores y nerviosismo entre los controladores en tierra.
Desde Apolo 17, han sido misiones robotizadas las que han explorado la Luna. China, Rusia, Israel y Japón han realizado intentos, algunos fallidos, mientras que ISRO de la India tuvo éxito al aterrizar cerca del polo sur lunar.
Además de Astrobotic, la NASA ha establecido contratos con empresas como Firefly Aerospace, Draper e Intuitive Machines para futuras misiones CLPS, prometiendo un renacimiento emocionante en la exploración lunar.
Este próximo alunizaje, impulsado por la innovación privada y la colaboración con la NASA, marca un paso significativo hacia la expansión de la exploración espacial, renovando la fascinación por la Luna y más allá.