En la época de festividad, mientras muchos se sumergen en las tradiciones, Jim Annis, a sus 81 años, lleva casi medio siglo creando juguetes de madera para niños de bajos recursos, regalando sonrisas en cada Navidad.
«El pago más grande para mí es la sonrisa que obtengo de un niño después de regalarle un juguete. No se puede poner precio a eso», afirma Jim Annis, un hombre con un corazón grande y recuerdos de Navidades sin juguetes durante su infancia.
Como un Santa Claus de la vida real, Jim, de 81 años, ha fabricado más de 250 juguetes anualmente desde los años 70, utilizando madera, pintura y un toque de amor para dar vida a autos, camiones y más, entregados a través del Ejército de Salvación.
Los recuerdos más entrañables de Jim incluyen la emoción en los ojos de los niños al recibir sus regalos. Una anécdota especial involucra a una niña en el Ejército de Salvación, cuyos ojos brillaron al elegir un juguete. «Hace que mi corazón se llene», expresa Jim.
Además de fabricar juguetes, Jim es un bailarín consumado, recaudando fondos con su programa «Alegría para los otros», una iniciativa que apoya a los niños en Navidad. «Dios me dio mis manos para hacer manualidades y mis pies para bailar», comenta.
El taller de Jim, donde se construyen y pintan los juguetes, solía ser un estudio de danza. Su esposa, Elba, describe la dedicación de Jim, quien ve el servicio a los demás como el núcleo de una vida gratificante.