En un sorprendente hallazgo, un estudio reciente ha revelado que una botella de agua típica de un litro contiene, en promedio, alrededor de 240,000 fragmentos de plástico. Lo más alarmante es que muchos de estos fragmentos, denominados «nanoplásticos», han pasado desapercibidos históricamente, lo que sugiere que los problemas de salud vinculados a la contaminación plástica podrían estar significativamente subestimados.
El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, es el primero en evaluar la presencia de nanoplásticos, partículas de plástico de menos de 1 micrómetro de largo, en el agua embotellada. Los resultados indican que el agua embotellada podría contener hasta 100 veces más partículas de plástico de lo que se estimaba anteriormente, ya que investigaciones previas solo consideraban los microplásticos, que son piezas de entre 1 y 5,000 micrómetros.
Estos nanoplásticos presentan una amenaza mayor para la salud humana que los microplásticos, ya que su tamaño diminuto les permite penetrar las células humanas, ingresar al torrente sanguíneo e impactar en los órganos. Además, los nanoplásticos pueden traspasar la barrera placentaria, afectando incluso a los fetos en desarrollo. Aunque los científicos sospechaban su presencia en el agua embotellada, la falta de tecnología para identificar nanopartículas individuales impedía su confirmación hasta ahora.
Para superar este desafío, los investigadores desarrollaron una nueva técnica de microscopía, programaron un algoritmo basado en datos y analizaron aproximadamente 25 botellas de agua de tres marcas populares en Estados Unidos. Los resultados revelaron entre 110,000 y 370,000 pequeñas partículas de plástico por litro, siendo el 90% de ellas nanoplásticos.
Naixin Qian, autor principal del estudio y estudiante de posgrado en química en la Universidad de Columbia, destacó: «Este estudio proporciona una herramienta poderosa para abordar los desafíos en el análisis de nanoplásticos, cerrando la brecha de conocimiento sobre la contaminación plástica a nivel nano».
Los investigadores se centraron en siete tipos comunes de plástico, incluyendo el PET (tereftalato de polietileno) utilizado en muchas botellas de agua, y la poliamida, común en filtros para purificar el agua. Sin embargo, también encontraron numerosas nanopartículas no identificadas, sugiriendo que la prevalencia del plástico en el agua embotellada podría ser aún mayor.
Este estudio, que revela una nueva dimensión en la contaminación plástica, plantea preguntas urgentes sobre los riesgos para la salud asociados con el consumo de agua embotellada y destaca la necesidad de investigaciones adicionales en el agua del grifo y otras fuentes. En un mundo que produce más de 450 millones de toneladas de plástico anualmente, estas pequeñas partículas podrían tener consecuencias significativas para la salud humana y el medio ambiente.