Thames Town, una pintoresca urbe situada a las afueras de Shanghái, China, parece surgir de un cuento británico con sus calles empedradas y sus elegantes construcciones de estilo arquitectónico británico. Sin embargo, detrás de su encanto se esconde una historia de desafíos y desolación.
La ciudad, que fue concebida en los albores del siglo XXI como una solución para descentralizar la creciente población de Shanghái, ha sido testigo de un destino inesperado. A pesar de haber sido construida con esmero y dedicación, Thames Town perdió a todos sus vecinos poco después de su fundación en 2006.
El ambicioso proyecto, que pretendía albergar hasta 10.000 personas en un espacio de un kilómetro cuadrado, no logró atraer el interés de los habitantes de Shanghái debido a los elevados precios de sus propiedades. Como resultado, la ciudad se convirtió rápidamente en una «ciudad fantasma», con numerosas viviendas y comercios vacíos.
A pesar de su desolación, Thames Town ha encontrado una nueva vida como destino turístico. Sus encantadoras construcciones y paisajes urbanos han atraído la atención de visitantes nacionales e internacionales, convirtiéndola en un escenario popular para sesiones de fotos y eventos especiales.
Aunque desprovista de residentes permanentes, Thames Town se mantiene en perfecto estado gracias a los esfuerzos de las autoridades locales por preservar su patrimonio arquitectónico. Su belleza perdura a través del tiempo, desafiando la soledad que la rodea y recordando a todos los que la visitan el encanto eterno de la arquitectura británica en tierras chinas.