En el corazón de la provincia de Zhejiang, China, se alza una de las construcciones más impresionantes y osadas de los últimos años: el Puente Ruyi. Inaugurado en septiembre de 2020, esta obra maestra del diseño arquitectónico ha deslumbrado a más de 200,000 visitantes en sus primeros meses, y su popularidad no para de crecer.
El puente, situado en el área escénica de Shenxianju, se eleva a una altura vertiginosa de 140 metros y cuenta con una longitud de 100 metros. Su diseño, obra del ingeniero He Yunchang, quien también participó en el icónico estadio de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, combina tres pasarelas onduladas que evocan la forma de una doble hélice de ADN. Sin embargo, la inspiración real proviene del ruyi, un cetro ornamental chino que simboliza la buena fortuna y el poder.
Una de las características más desafiantes (y emocionantes) del Puente Ruyi es su pasarela central de vidrio, que conecta los dos extremos del puente de forma perpendicular. Cruzar esta sección transparente, con el vacío a tus pies, promete una experiencia para los más valientes.
Este puente no solo es una proeza de ingeniería, sino también un homenaje a la riqueza cultural de China. Rodeado de montañas, acantilados y ríos, el Ruyi se integra a la perfección en un paisaje natural que parece salido de un cuento.
Para quienes buscan emociones y vistas espectaculares, el Puente Ruyi es un destino imperdible que sigue consolidando la reputación de China como líder en la construcción de maravillas arquitectónicas.