Lo que prometía ser un día de diversión se convirtió en una tragedia para Wilson Seigler, un joven de 17 años que visitaba el parque acuático Jura Splash, en la localidad francesa de Desnes, junto a un grupo de amigos. El pasado 14 de julio, mientras se deslizaba por el llamado “tobogán de olas”, sufrió un accidente que derivó en la amputación de su pierna derecha.
El adolescente confesó que la atracción ya le generaba cierta inquietud: “Ese tobogán me daba respeto, no se puede controlar mucho la trayectoria, así que intenté ponerme bien recto”, declaró después al diario Le Progrès. Sin embargo, a mitad del recorrido fue proyectado hacia un punto no previsto y su pierna quedó atrapada entre dos secciones de la estructura, provocándole heridas gravísimas.
Los socorristas actuaron de inmediato y Wilson fue trasladado primero al hospital de Lons-le-Saunier y luego en helicóptero al CHU de Besançon, tras perder cerca de 2,5 litros de sangre. Pese a los esfuerzos médicos, dos días después, el 16 de julio, se le practicó la amputación quirúrgica de la pierna.
El joven inició un proceso de rehabilitación, aunque enfrenta secuelas físicas y emocionales: ha perdido 15 kilos y padece dolores fantasma, sensaciones que se experimentan en la extremidad amputada. Su madre describió la angustia familiar con una frase contundente: “Ya no vivimos”.
Ante lo sucedido, la familia presentó una denuncia contra X el pasado 21 de julio, mientras las autoridades investigan posibles fallos en la atracción, que permanece clausurada temporalmente. Desde la dirección de Jura Splash enviaron una carta de pesar a los padres, aunque negaron fallos técnicos y aseguraron que el tobogán cumple con todas las normativas de seguridad.
La investigación continúa mientras crece la preocupación entre los visitantes del parque en pleno verano.

