Un vuelo de American Airlines con ruta de San Francisco a Cancún sufrió un insólito retraso de cuatro horas luego de que el piloto se negara a despegar al enterarse de que un pasajero había encendido una sustancia ilegal en el baño de la aeronave.
El incidente ocurrió mientras la tripulación realizaba verificaciones técnicas previas al despegue. En ese momento, un pasajero se encerró en el baño delantero y comenzó a fumar, siendo rápidamente interceptado por el personal de cabina.
Aunque la conducta fue detenida, el piloto decidió no iniciar el vuelo. “Me quedan 30 años de carrera en United. No estoy dispuesto a dar positivo en una prueba de control”, explicó, preocupado por la posible exposición pasiva al humo en un espacio cerrado como la cabina de vuelo.
La decisión provocó polémica entre los pasajeros, que ya habían sufrido un primer retraso por problemas técnicos. La tripulación evaluó durante 40 minutos una solución y, finalmente, optó por desembarcar a todos para esperar una nueva tripulación que completara el trayecto.
Expertos advierten que respirar ciertos humos en espacios poco ventilados puede ocasionar la absorción de compuestos que alteren el organismo. En exposiciones prolongadas, esta inhalación indirecta podría generar síntomas leves como somnolencia o euforia, e incluso dar positivo en pruebas de detección.
El Instituto Terapéutico sobre Adicciones (Intastur) recuerda que, aunque no se consuma de forma activa, este tipo de exposición puede provocar efectos en el sistema nervioso, problemas respiratorios y posible toxicidad, especialmente en niños, embarazadas y personas con afecciones pulmonares.
Pese a las críticas por el retraso, la tripulación defendió su postura, asegurando que la seguridad y la responsabilidad del vuelo debían prevalecer sobre cualquier incomodidad o contratiempo.

