Un viaje estudiantil a la Amazonia terminó con un hallazgo que podría transformar la manera en que enfrentamos una de las mayores crisis ambientales del mundo: el plástico.
El protagonista de esta historia es el hongo Pestalotiopsis microspora, una especie con una habilidad sorprendente. Los investigadores descubrieron que puede alimentarse únicamente de poliuretano, uno de los plásticos más comunes y difíciles de eliminar, incluso en ambientes sin oxígeno, como los vertederos enterrados.
En otras palabras, este organismo funciona como un reciclador natural, capaz de hacer lo que los sistemas humanos aún no han conseguido: descomponer plástico de forma eficiente y sostenible.
El potencial es enorme. Imagina un futuro en el que las botellas, envases y residuos plásticos que hoy tardan siglos en desaparecer puedan desintegrarse en semanas gracias a un aliado microscópico del bosque amazónico.
Aunque todavía falta mucho para transformar este hallazgo en una solución a gran escala, los resultados publicados en la revista Applied and Environmental Microbiology abren la puerta a un cambio revolucionario en la lucha contra la contaminación.

