Bajo las aguas de España se esconde un paisaje tan vital como frágil: praderas de posidonia, bosques de gorgonias y extensiones de algas que funcionan como verdaderos pulmones azules del planeta. Estos ecosistemas marinos capturan carbono, generan oxígeno y ofrecen refugio a miles de especies. Sin embargo, hoy se encuentran amenazados por la contaminación, el fondeo masivo de embarcaciones, el aumento de la temperatura del agua y la presión humana en las costas.
Consciente de este desafío, Redeia, matriz de Red Eléctrica y responsable del transporte y la operación del sistema eléctrico en España, decidió sumergirse —literalmente— en la conservación del mar. Así nació Bosque Marino, un proyecto pionero que une ciencia, innovación y cooperación para restaurar los ecosistemas submarinos más valiosos del país.
El origen: recuperar la posidonia en Baleares
El compromiso de Redeia comenzó hace varios años con la recuperación de praderas de posidonia afectadas durante la instalación de la interconexión eléctrica submarina entre Mallorca e Ibiza.
Entre 2017 y 2018, se plantaron más de 12.000 fragmentos de posidonia en la bahía de Pollença (Mallorca), restaurando alrededor de dos hectáreas de fondo marino. El proyecto, desarrollado junto al IMEDEA-CSIC, el Govern de les Illes Balears y el Aeródromo Militar de Pollença, se convirtió en la mayor restauración activa de posidonia en el Mediterráneo y un referente internacional en regeneración marina.
Esa experiencia fue el germen del actual Bosque Marino, presentado en 2024 con el objetivo de proteger y restaurar hábitats marinos mediante alianzas científicas, públicas y privadas, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.
Del Mediterráneo al Atlántico
Tras el éxito en Baleares, el Bosque Marino extendió sus acciones a la Comunidad Valenciana, Andalucía y Galicia. Allí, el foco no está solo en la posidonia: el proyecto también trabaja con bosques de gorgonias y macroalgas, además de promover la investigación, la monitorización ambiental y la sensibilización ciudadana.
Uno de sus hitos más destacados es la restauración de más de 200 gorgonias en el entorno del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas (Galicia), en colaboración con la Asociación Amicos y el sector pesquero local.
Para ello, se utiliza el innovador método “Bádminton”, desarrollado por el ICM-CSIC, que consiste en fijar las gorgonias a piedras naturales y liberarlas desde embarcaciones para que se asienten erguidas en el fondo marino. Los pescadores participan entregando los ejemplares capturados accidentalmente, que son recuperados en el Hospital de Gorgonias de la Lonja de Ribeira antes de regresar al mar.
Este trabajo es crucial, ya que las gorgonias representan el 57% de la pesca accidental en la zona.
Un laboratorio vivo para el futuro azul

El Bosque Marino de Redeia se ha convertido en un laboratorio vivo de innovación marina, donde se combina tecnología, ciencia y educación para conservar la biodiversidad y combatir el cambio climático. Hasta el momento, la empresa ha desarrollado dos grandes proyectos de restauración —en Baleares y Galicia— y cuenta con más de diez iniciativas en marcha en distintos puntos del país.
La propuesta también tiene un fuerte componente educativo. En Baleares, el programa Posidònia a l’Aula permitió que más de mil estudiantes aprendieran sobre la importancia de esta planta endémica del Mediterráneo. En paralelo, los Talleres Bosque Marino, desarrollados junto a la Fundación Ecomar, recorrieron escuelas de Barcelona, Murcia, Madrid, Alicante, Almería y Mallorca, combinando ciencia, juego y acción ambiental.
Una alianza por la vida marina
Con esta iniciativa, Redeia demuestra que la transición ecológica también puede venir del fondo del mar. El Bosque Marino no solo busca restaurar ecosistemas, sino también reconectar a las personas con el océano, inspirando una nueva forma de proteger la vida bajo el agua de aquí al 2030.

