Ciudad fantasma de 80 mil millones sigue intacta y desierta

Redactora Social
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Una mega ciudad de US$80 mil millones que nadie habita 😮

En la costa sur de Malasia, a orillas del estrecho de Johor y con vistas al pujante Singapur, se erige un ambicioso proyecto urbanístico que hoy yace casi vacío: Forest City. Valorado en más de 80 mil millones de dólares, esta ciudad futurista pretendía ser un oasis ecológico y tecnológico con capacidad para hasta 700.000 residentes. Sin embargo, años después de su anuncio, Forest City permanece como una ciudad fantasma moderna, con rascacielos completamente construidos pero sin vida en sus calles.

El nacimiento de un sueño urbano

Presentado en 2016, Forest City fue concebido como la joya del desarrollo inmobiliario en Asia del sudeste. Impulsado por la desarrolladora china Country Garden, en conjunto con entidades del gobierno de Johor, el proyecto prometía un entorno autosustentable y tecnológicamente integrado. Consta de cuatro islas artificiales ganadas al mar, con un diseño arquitectónico que combina innovación, naturaleza y estilo de vida.

Entre sus características más destacadas se encontraban:

  • Infraestructura verde con jardines verticales y techos ecológicos
  • Edificaciones inteligentes con tecnología 5G e IoT
  • Centros comerciales de lujo, campos de golf y escuelas internacionales
  • Ubicación estratégica para atraer inversores chinos y turistas globales

No se escatimó en detalles ni presupuesto para ofrecer lo que sería un paraíso urbano libre de coches en superficie, rica en vegetación y equipada con lo último en sostenibilidad.

¿Qué salió mal? 🤔

Pese a sus promesas, hoy resulta imposible ignorar la realidad espeluznante de Forest City: decenas de edificios completamente vacíos, calles silenciosas, centros comerciales cerrados y apenas una mínima fracción de los residentes proyectados.

Varios factores contribuyeron al estrepitoso fracaso del proyecto:

Restricciones del gobierno de China

Entre 2017 y 2019, Beijing puso en marcha controles financieros estrictos sobre las inversiones extranjeras en bienes raíces, buscando evitar la fuga de capitales. Esto afectó directamente a miles de ciudadanos chinos que habían comprado propiedades en Forest City, esperando poder mudarse o revenderlas a corto plazo.

De acuerdo con información compartida por Reuters, muchas de estas propiedades terminaron siendo de difícil acceso o vendidas a pérdida, lo que desincentivó nuevos inversores.

Problemas de infraestructura y acceso

Forest City se encuentra relativamente aislada. Aunque cercana a Singapur, su conexión terrestre depende del Puente de la Calzada Johor–Singapur, muy congestionado. Además, el transporte interno y los servicios básicos tardaron años en estar plenamente operativos, haciendo difícil la vida cotidiana incluso para los pocos que se mudaron allí.

Polémicas ecológicas 🌱

Uno de los pilares del proyecto era su «conciencia verde». No obstante, medios y organizaciones ambientales han denunciado que la construcción de las islas artificiales destruyó áreas costeras vitales, afectando a comunidades pesqueras y la biodiversidad marina. Según el New Straits Times, se reportaron daños severos en el ecosistema circundante que pusieron en duda la viabilidad ambiental del proyecto.

Escasa aceptación local

El elevado costo de las unidades en Forest City hizo que la mayoría de los malayos no pudieran permitírselas. Las viviendas estaban dirigidas, en gran parte, a compradores extranjeros, en especial del mercado chino. Esto generó tensiones políticas sobre la soberanía del territorio y el acceso a la vivienda para la población local.

Un paseo hoy por Forest City: calles vacías y silencio

Visitar Forest City hoy es como caminar por el set de una película de ciencia ficción post-apocalíptica. Si bien algunos sectores del proyecto están terminados y se mantienen en relativo buen estado, el ambiente general es desolador: decenas de torres residenciales sin luces, locales sin ocupantes y parques sin niños.

Algunos videos virales en redes sociales y reportajes recientes muestran la ausencia de señales de vida, reforzando su apodo de «ciudad fantasma». De hecho, varios blogs de viajes señalan la ciudad como “interesante para visitar, pero no para quedarse”.

¿Un proyecto condenado o con esperanza de renacer? 🔄

A mediados de 2023, el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, propuso revitalizar Forest City convirtiéndola en una zona económica especial para estrechar la cooperación con Singapur. La idea contempla beneficios fiscales, un sistema de visado laboral simplificado y mejoras logísticas para facilitar el comercio y la inversión.

Aunque es pronto para saber si esta iniciativa salvará el proyecto, representa la última oportunidad para resucitar Forest City, que aún permanece como un símbolo impactante de los riesgos de la especulación inmobiliaria a gran escala.

Según observadores de urbanismo, el caso de Forest City debería servir como lección ejemplar sobre cómo los grandes sueños arquitectónicos, sin una planificación social y ecológica adecuadas, pueden convertirse en monumentales fracasos.

Conclusión: un sueño ecológico convertido en pesadilla inmobiliaria

Forest City tenía todos los ingredientes para convertirse en una urbe modelo: visión futurista, diseño verde, tecnología de punta y respaldo financiero internacional. Sin embargo, errores estratégicos, factores externos y desconexión con las necesidades reales del entorno han hecho que el proyecto se transforme en un fantasma del urbanismo moderno.

Más allá de su espectacularidad visual, Forest City refleja los profundos desafíos que enfrentan las mega construcciones en un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental, la equidad social y la planificación urbana sostenible.

¿Recuperará Forest City su propósito original o quedará como un recordatorio del exceso visionario? El tiempo y la geopolítica dirán. Por ahora, permanece como una postal imponente… y vacía. 🏙️💔

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