Lo que empezó como una exploración urbana terminó convirtiéndose en uno de los videos más inquietantes virales de los últimos años. La protagonista es Juj’ Urbex —nombre artístico de Juliette, una youtuber francesa dedicada a recorrer edificios abandonados—, quien logró ingresar de manera clandestina a un antiguo acuario situado frente al mar en algún punto de España y registró lo que encontró allí: instalaciones en ruinas y restos reales de animales marinos en estado de descomposición.
Fiel a los códigos del movimiento urbex (exploración urbana), la creadora decidió no revelar la ubicación exacta del lugar, aunque sí compartió imágenes que parecían sacadas de una película de terror. Pasillos cubiertos de polvo, vitrinas rotas y tanques vacíos daban paso a una colección tan macabra como fascinante: un calamar gigante decorativo, restos de un pulpo en avanzado estado de deterioro y, lo más impactante, un tiburón momificado que parecía un zombi bajo una vitrina destrozada.

Este tiburón fue el hallazgo que más llamó la atención en redes. Especialistas citados por Science Alert explicaron que estaría relacionado con un pequeño tiburón de arrecife que había sido conservado mediante productos químicos y sellado herméticamente para exhibición. Sin embargo, al romperse el contenedor protector, el cuerpo quedó expuesto al aire y comenzó a descomponerse lentamente, hasta alcanzar el estado visible en las imágenes del video.
Durante su recorrido, Juj’ Urbex también comentó que el acuario había exhibido en el pasado ejemplares reales de calamar gigante (Architeuthis dux), aunque fueron retirados antes del cierre definitivo del edificio. Este detalle desató una ola de especulaciones: muchos usuarios señalaron que el lugar podría tratarse del Centro del Calamar Gigante de Luarca, en Asturias.
Ese centro fue durante años un referente mundial por albergar la colección más importante de cefalópodos gigantes del planeta. Ubicado literalmente a la orilla del mar, sufrió daños severos por temporales: primero en 2010, apenas dos meses después de su inauguración, cuando la planta baja quedó destrozada, y más tarde en 2014, cuando olas de hasta 13 metros terminaron por forzar su cierre definitivo.

Tras el abandono del edificio, los ejemplares más valiosos fueron rescatados y actualmente se distribuyen entre el Museo del Mar Aquarium de Biarritz (Francia) y el Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano, en Estados Unidos. Lo que quedó en el lugar, sin embargo, parece haber sido olvidado por completo.
El video de Juj’ Urbex fue visto por millones de personas y generó una mezcla de fascinación, horror y nostalgia. Para muchos, se convirtió en una ventana a la decadencia de espacios dedicados a la ciencia y la educación que, tras ser abandonados, terminan convertidos en auténticos museos del miedo, donde el tiempo se detiene y la descomposición cuenta historias que nadie quiso cerrar.


