Para quienes buscan playas de aguas cálidas, tranquilidad y un entorno natural impactante sin viajar demasiado lejos, Torres, en el sur de Brasil, se consolida como uno de los destinos favoritos para las vacaciones. Ubicada en el extremo norte del litoral de Rio Grande do Sul, esta ciudad costera ofrece clima veraniego asegurado y una propuesta ideal tanto para familias como para viajeros que quieren descansar sin resignar paisaje.
A diferencia de otros balnearios del sur brasileño, donde el mar suele ser más frío, Torres se destaca por tener aguas sorprendentemente templadas entre diciembre y marzo, lo que la vuelve especialmente atractiva para quienes viajan con chicos o buscan playas calmas y seguras.

Entre las más elegidas se encuentran Praia Grande, Prainha y Praia da Cal, tres extensas playas con oleaje moderado, guardavidas y amplios sectores de arena, perfectas para pasar el día sin preocupaciones. El gran diferencial del destino está en su entorno: acantilados, morros volcánicos y vegetación costera, un paisaje poco habitual en el sur de Brasil.
Torres también ofrece propuestas para quienes disfrutan de la naturaleza y la aventura. El Parque da Guarita, considerado uno de los más lindos del litoral gaúcho, invita a recorrer senderos entre acantilados y miradores naturales. A eso se suman caminatas al Morro do Farol, con vistas panorámicas al océano Atlántico, y recorridos costeros ideales para fotografía.
Cada año, además, la ciudad se convierte en escenario del Festival Internacional de Balonismo, uno de los eventos de globos aerostáticos más importantes de Sudamérica, que tiñe el cielo de colores y atrae a miles de visitantes con vuelos, espectáculos y postales inolvidables.

La gastronomía local acompaña el plan de descanso: pescados y mariscos frescos, camarones, pastel de siri y moquecas con impronta regional. En la costanera, bares, cafés y heladerías completan las noches cálidas del verano.
El clima es otro gran aliado: durante la temporada alta, las temperaturas suelen oscilar entre 26 °C y 30 °C, con días soleados y brisas suaves. Llegar desde Argentina es sencillo: vuelo de unas dos horas a Porto Alegre y luego un trayecto de 190 kilómetros por ruta hasta Torres, en poco más de dos horas. Un destino cercano que combina playa, naturaleza y descanso.




