Escándalo en la costa: una mujer arrojó su propio dedo al mar como ofrenda Umbanda en Mar de las Pampas

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Redactora
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La tranquilidad habitual de Mar de las Pampas se vio interrumpida en plena temporada navideña por un hallazgo que dejó a más de uno sin palabras. Vecinos y turistas encontraron en la playa un frasco con un dedo humano dentro, lo que generó preocupación inmediata y un operativo policial urgente en la zona. El suceso ocurrió en la intersección de la calle 36 y la playa, donde personal de la Policía Comunal 3ª confirmó que dentro del recipiente había un dedo real. La escena rápidamente se convirtió en un misterio, pero un testigo clave aportó una descripción que condujo a las autoridades hacia la responsable.

image se trata de la mujer de los cuchillos de villa gesell foto central de noticias madariaga ZX5KGWSMONDRPOWNDCSQ4FZC3E

Los agentes localizaron a una mujer que caminaba por la playa con vendajes recientes en una mano y un frasco similar al hallado. Ante la consulta policial, ella misma explicó que se había cortado el dedo de forma accidental en su casa y que, por motivos vinculados a la religión Umbanda, decidió arrojarlo al mar como una ofrenda espiritual. La escena, impactante y poco convencional, despertó asombro y temor entre quienes presenciaron la situación.

Con el correr de las horas, se confirmó la identidad de la protagonista: se trata de la misma persona que semanas atrás había sido detenida en Villa Gesell, luego de un episodio conflictivo donde fue vista realizando rituales en la vía pública y resistiéndose a la policía con una cuchilla de 45 centímetros en la mano. En aquella oportunidad, los agentes debieron disparar al suelo para lograr desarmarla, en medio de un fuerte operativo que terminó con su aprehensión y con vecinos en estado de alerta.

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Aunque confirmó que el dedo era propio y no producto de un delito mayor, la situación derivó en la intervención del Ministerio Público Fiscal, que ordenó iniciar actuaciones por averiguación de ilícito para descartar cualquier otra irregularidad y evaluar el estado psicológico de la mujer involucrada.

Entre ritos religiosos, antecedentes policiales y un dedo flotando en un frasco, Mar de las Pampas vivió una jornada que difícilmente será olvidada por los vecinos de la costa atlántica.

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