El aeropuerto Internacional de Changi en Singapur, votado como el mejor del mundo los últimos seis años por la consulta de Skytrax, está persiguiendo la meta de extender la automatización con tal vigor que construyó una terminal entera para ayudar a probar los robots del aeropuerto del futuro.
La experiencia que se quiere crear en el aeropuerto sería algo así: mientras un avión se une a la fila de aterrizaje, es detectado, identificado y monitoreado por un conjunto de cámaras y tecnología que evitará la tradicional torre de control.
Una vez en la puerta, un puente aéreo guiado por láser se coloca a sí mismo para permitir el desembarco de los pasajeros, mientras vehículos automatizados se colocan debajo para descargar el equipaje, esquivando otros aparatos que están enviado comidas empacadas por robots o procesando cargamento. Los pasajeros se dirigen a aduanas de migración automatizadas con escáner facial y reconocimiento de huellas, luego van a recoger su equipaje que los robots ya acomodaron en el carrusel.
Changi abrió su terminal 4 en octubre pasado en parte con la idea de usar sus más pequeñas y recientes instalaciones para probar y desarrollar la automatización. La meta es tener esta tecnología funcionando para su gigantesca terminal 5, un edificio monstruoso que sería capaz de atender a 50 millones de pasajeros anuales cuando abra al final de la próxima década, haciéndola una de las más grandes y automatizadas terminales de pasajeros del mundo.
“Los aeropuertos están volviéndose más y más grandes y necesitan atender a cada vez más altos volúmenes de pasajeros” , dice Jeffrey Lowe, director de administración de Asian Sky Group en Hong Kong. “Dada la necesidad de proveer rápida y eficientemente el servicio a los pasajeros, la automatización es la única manera para lograrlo en una gran escala”.
Singapur tiene plena razón para incorporar los robots en los aeropuertos. La ciudad-estado tiene una limitada reserva de talento doméstico que está envejeciendo y elevando su rechazo para hacer trabajos manuales como manipular el equipaje o empacar bandejas de comida. También necesita seguir mejorando Changi para seguir a la cabeza de la competencia con sus vecinos por expandir y mejorar el nivel de su propio aeropuerto.
Incluyendo servicios como mantenimiento, cargamentos y otros servicios relacionados, Changi y los negocios relacionados con la aviación emplea a 21 mil personas y contribuye con cerca del 3 por ciento del PIB.
Así que la Autoridad de Aviación Civil de Singapur y las compañías controladas por el gobierno como SATS, encargada de la comida durante el vuelo y atención en tierra, están trabajando juntos para automatizar.
SATS está probando un vehículo a control remoto que puede recoger el equipaje de un avión y moverlo al área de entrega en unos 10 minutos. Otra de las pruebas de SATS usa un auto eléctrico y autónomo para enviar documentos por encargo aéreo. La firma está usando sistemas de detección de luz para mapear rutas y enviar carritos con hasta 200 kilogramos de comida a cada una de sus salas.
“Más de mil millones de personas en Asia volarán por primera vez entre hoy y 2035″, dijo el CEO de SATS, Alex Hungate, en una entrevista el mes pasado. La automatización “ayudará a la firma a administrar altos volúmenes sin necesidad de mayores recursos humanos”.
SATS dijo que el costo de la productividad del staff en términos de valor agregado por empleado se elevó 11 por ciento los pasados cuatro años. El último año fiscal, el costo del personal cayó por primera vez desde 2008.
“Ellos han alcanzado un alto grado de automatización en la cocina a bordo”, dijo K. Ajith, analista de UOB Kay Hian Pte en Singapur. “Ahora, ellos se enfocan en los servicios a la entrada y la atención en tierra para la tripulación y el equipaje”.
La cocina de SATS prepara casi 100 mil comidas diarias en Singapur y más de cuatros veces ese número en operaciones en toda la región, Mientras todavía no hay robots en la cocina, su sistema de empacado automatizado ha impulsado la productividad 36 por ciento y ahora su línea de armado de charolas tiene sólo 9 empleados y no 45 como antes.
La construcción de la quinta terminal se ve como un asunto crítico por Singapur y costará “10 mil millones de dólares”, expuso el ministro de Finanzas del país, Heng Swee Keat, en febrero pasado. Cahngi también construyó su tercera pista.
La automatización no es lo único que está haciendo Changi para mantenerse a la vanguardia de los aeropuertos. La terminar aérea es también reconocida por añadir facilidades para sus pasajeros en áreas de compra e instalaciones. Sus terminales presumen un jardín de mariposas, una resbaladilla de 12 metros de alto para niños y unos 2 mil 500 millones de dólares anuales en ventas minoristas.