Banderas pidiendo «igualdad», un navío pirata con agua fluyendo en cascada y un colibrí gigante «volando» en la cumbre de un carro alegórico: los desfiles de las escuelas de samba del carnaval de Rio de Janeiro arrancaron este domingo con una alta dosis de exuberancia y crítica social.
La presentación de la escuela de samba Salgueiro dedicada al «dios que trajo justicia desde África hasta Brasil» sorprendió por su samba pegajoso, entonado por el público junto con los bailarines, y por el esplendor y colorido de disfraces y carrozas alegóricas.
Pero lo que más emocionó a los 72.500 espectadores del sambódromo fueron las referencias al fin de crímenes como la corrupción, el lavado de dinero y los abusos de los políticos, en un país sacudido en los últimos años por varios escándalos de este tipo.
Mangueira (que desfila este lunes) reivindica a figuras olvidadas por la historia oficial -en general negros, indígenas o pobres- y a la concejal negra Marielle Franco, que denunciaba la violencia policial en las favelas y murió acribillada a balazos en marzo del año pasado.
La escuela Imperatriz Leopoldinense también abordó un tema similar al referirse a los males generados por el dinero, como la ambición, la desigualdad, la corrupción y el consumismo, en un desfile abierto por un Robin Hood que lucha contra las injusticias sociales
La última de las lujosas carrozas alegóricas de la escuela del barrio de Tijuca, representando el triunfo de Xangó, cargaba agentes de la Policía Federal victoriosos y criminales encerrados en jaulas, y fue saludada por aplausos a su paso por los 500 metros de pista de la avenida Marqués de Sapucaí.