Agua cristalina y cálida, arena suave, palmeras, peces y estrellas de mar. Todo esto a unas 7 horas de viaje desde Buenos Aires. Habrá que tomarse transportes de todo tipo (aéreo, terrestre y marítimo) pero las maravillas que esconde el mar brasileño valen la pena. Y no, no me refiero al conocidísimo archipiélago de Fernando de Noronha, sino a uno más cercano, en Río de Janeiro.
La famosa “Costa Verde” comienza en el municipio de Mangaratiba, abarca parte de los estados de Río de Janeiro y Sao Paulo. Su nombre se debe a la densa Mata Atlántica que rodea la zona y le da un tono verdoso al agua transparente de la zona. Característica por sus paisajes vírgenes y salvajes atrae a muchos turistas que desean pasar un tiempo alejados de la ciudad y en contacto con la naturaleza.
La forma más común y accesible para llegar a este destino es tomarse un vuelo a alguno de los aeropuertos de la ciudad de Río y de ahí viajar hacia el Sur por la carretera BR-101 que cubre toda la costa. Puede ser en auto alquilado, combis de turismo o haciendo combinaciones de colectivos, las opciones son variadas. Hay aproximadamente 160 kilómetros desde el centro de Río hasta el puerto de Angra dos Reis y se tarda entre 2 o 3 horas. Si alquilas auto, tené cuidado con los controles de velocidad que están por toda la ruta.
Angra dos Reis es parte de la Costa Verde, cuenta con más de 300 islotes bañados en aguas cristalinas y arenas claras, una postal fácilmente confundible con cualquier destino caribeño. Puede parecer una exageración (antes de visitar las islas, también lo creía) pero el clima tropical, las palmeras que rodean las playas vírgenes y la cálida temperatura del agua típica lo confirman.
La ciudad de Angra no tiene muchos atractivos, es básicamente la puerta de entrada a las islas. Se suele hacer base allí para conocerlas ya que la mayoría, al ser tan pequeñas, no cuentan con infraestructura y no es posible hospedarse en ellas. La ciudad tiene un shopping con varios locales de ropa, un supermercado y cadenas de comida rápida (Shopping Piratas).
La mayoría de los habitantes se dedican al turismo y hay varias oficinas de atención al turista para ayudarte. Si se llega en auto alquilado y se elige hospedarse en Isla Grande lo recomendable es pagar un estacionamiento cerca del puerto, cuesta alrededor de 30 reales por día.
Ilha Grande
Ilha Grande es la isla más famosa ya cuenta con una pequeña villa (Vila do Abraao) frente a la playa en la que paran las embarcaciones. Allí es donde se ubican los mercados, restaurantes y hospedajes -en su mayoría posadas y hostels- .
La vibra de aquel lugar es única, la conexión con la naturaleza que se genera gracias a la abundante flora y fauna hacen del paso por esa isla un paseo inolvidable. El ambiente es sumamente relajado. En la isla no existen los autos. Los únicos que hay son de la policía, los bomberos y la ambulancia; por lo tanto el trekking es una de las actividades más practicadas por los visitantes. Siendo la mayor conquista de los fanáticos el Pico do Papagaio.
Hay más de 100 playas para todos los gustos: de aguas calmas y escondidas, turquesas y con olas para practicar surf -como la famosa Lopes Mendez- o de arena negra como Praia Preta.
Los trayectos a las diversas playas, pueden hacerse en taxiboats, excursiones, o caminando por el medio de la selva.
Otro atractivo de la isla son las cascadas o cachoreiras; junto a las piscinas naturales rodeadas de Mata Atlántica que se forman gracias a ellas. También, cuenta con varias ruinas como las del viejo acueducto o las Ruinas de Lazareto.
¿Cómo llegar?
Se puede llegar en embarcaciones rápidas que tardan alrededor de 50 minutos y cuestan por encima de los 50 reales, salen cada 1 hora desde el puerto de Angra, aunque también las ofrecen en los distintos municipios por los que pasa la ruta BR-101.
También está la opción de visitar la isla en algún tour sin pasar la noche allí.
Por último, se puede ir en barca pública. Las barcas salen desde Angra dos Reis, de Mangaratiba o Conceição de Jacareí. Desde Angra parte hacia la isla 1 vez al día y cuesta 17,50 reales por persona. Tarda aproximadamente 1 hora y 30 minutos.
El precio, la duración del viaje y los horarios de salida varían según el puerto y el día de la semana, por lo que es muy importante revisar la página de isla grande para evitar inconvenientes.
Islotes
El resto de las islas son pequeñas y no cuentan con una población como Vila do Abraao, por lo que se va a pasar el día. A diferencia de Isla Grande, donde el agua tiene un tono verdoso -gracias a la abundancia de plantas que se reflejan en el agua transparente- el color del mar en los islotes se mantiene en tonalidades turquesa.
¿Cómo llegar?
La primera opción para visitar las islitas son los paseos en barco con la excursión de las “islas paradisíacas”. Se recorren 4 o 5 islas y se está unos 50 minutos en cada una. El trayecto cuesta encima de los 150 reales por persona pero brindan todas las comodidades, inclusive flotadores para lanzarse al mar.
La otra opción para el viajero es ir en taxiboat y pasar un día entero en la isla que se elija, esta opción es la más económica. En este caso es conveniente llevar comida y hacer un picnic en la playa, porque la mayoría de las islas no cuentan con infraestructura –y si tienen algún puesto los precios son muy elevados-.
Recomendada: Ilha de Cataguás.
La Ilha de Cataguás es una de las más cercanas al continente. Son dos pequeñas islas enfrentadas que forman una bahía en el medio del océano ideal para hacer snorkel y surf de remo.
El agua es cristalina y cálida, además es tan tranquila que se puede cruzar nadando de una isla a otra. Hay alquiler de kayak y un puesto de snacks y bebidas pero nada de infraestructura.
¿Cómo llegar?
Se encuentra a 20 minutos en barco de Angra dos Reis. Si se quiere pasar el día entero se puede llegar en un taxiboat y se arregla con la agencia el horario de vuelta (suele ser entre las 16:00 o 17:00 ya que sube la marea). El bote se puede tomar desde playa do Camorín por solo 30 reales por persona o desde el puerto de Angra dos Reis por 40 reales ida y vuelta.
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