Hostels: No todo es lo que parece

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Redactor
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Es clásico: cuando hablamos de viajar y de parar en Hostels, nuestro entorno imagina una cama redondo en donde a medida que van llegando los huéspedes, se van acostando donde queda espacio; un único baño para 50 personas y una cocina con platos apilados de hace una semana.

Lo cierto es que en materia de hospedajes del rubro low cost hay para todos los gustos, bolsillos y resistencias.
¿Pero cómo dar cuenta a los que no viajan ni van a hostels que no es una orgía multidisciplinaria? Que no es un caos, un tiradero o algo de todo eso que su imaginación proyecta?

Tarea titánica, si las hay

Hostel

Los hostels son servicios de alojamiento más baratos y bastante más populares entre los viajeros jóvenes frecuentes. Suelen ser recintos en donde los espacios fundamentales y más amplios son los salones comunes, ya sea el living, el recibidor, algún espacio exterior verde o la cocina. Tienen dormitorios con grupos de camas, que generalmente desembocan a estos espacios comunes, para lograr mejores accesos e integración entre los residentes.

La cocina es un lugar abierto para que cada uno pueda preparar sus propios menús en cualquier momento del día.
Los cuartos de baño pueden ser privados por cada dormitorio o pueden compartirse entre varias piezas.

Hasta ahí, nada demasiado escandaloso

Sunflower Hostel

La particularidad de los hostels, es que no se alquilan dormitorios (generalmente), sino camas.
Y aquí es donde viene la cara de asco de quienes están fuera de la línea low-cost.

Los dormi, como se sabe llamar a las literas, se rentan por precios mucho más bajos que un cuarto en cualquier hotel económico, ya que al pagar por este servicio, se accede a compartir el espacio común público, así como el de la pieza que te ha tocado, aceptando que tu compañero/a de cuarto puede ser sonámbulo, roncar como el Oso Yogui o un quisquilloso que se queje y de mil vueltas para dormir, zarandeando como una mecedora la cucheta.

(Ha, cierto! Las camas suelen ser cuchetas: una cama base y otra montada en estructura hacia arriba, ya que esta manera posibilita más comodidad de huéspedes en menos metros cuadrados)

La ropa de cama corre por cuenta del ocasional inquilino (Santa Bolsa de Dormir), así como todos los elementos que atañen a la higiene personal.

En los cuartos, hay dispuestos lockers en donde cada uno deja sus pertenencias bajo llave.

Poseen encargados de turno que llevan tareas administrativas, así como agentes de limpieza, como en cualquier hotel, aunque todos los inquilinos son responsables de mantener el orden en los espacios, ya que la interacción es mucho mayor que en otro tipo de hospedaje.

Por ser lugares en que todos se cruzan con todos, ya sea en la cocina, el playroom o el living, es ineludible que resulten amistades, se organicen cenas o salidas a excursiones grupales, así como catarsis colectivas, puesta en valor de experiencias o ronda de anécdotas de todos y cada uno de los huéspedes.

Existen cadenas de hostels en las que se pueden obtener membrecías con descuentos, así como posibilidad de trabajo.

Entonces, sí hostel o no hostel?

Moscow Day'n'Night Hostel

Te bañarías en el mismo baño que en las últimas tres horas utilizaron 7 personas más?
Aceptarías compartir tu privacidad las 24 horas del día?
Cómo te va eso de levantarte y verle la cara a desconocidos?

Para los viajeros constantes, un hostel no es sólo un baño a compartir, una pieza con 7 camas o una heladera con productos etiquetados dentro.

Para un viajero, es una infinita posibilidad de compartir experiencias, abrazar la diversidad, poner a prueba todos y cada uno de sus conceptos y preconceptos. Es verse en el espejo ajeno, sonreír y saber que todos estamos en el mismo tren con un boleto «joy-trip».

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